Cuando pensamos en Dios, la imagen que se nos suele venir a la cabeza es la de un hombre mayor, de larga cabellera blanca con barbas del mismo color. Acompañado de túnica blanca y un resplandeciente halo, siempre se le he representado como un hombre pero... ¿Por qué?
La tradición judeocristiana está basada en el patriarcado, lo que ha servido para relegar a la mujer en un segundo plano. Según la Biblia, Dios creó al hombre a su imagen y semejanza y para que estuviera acompañado creó a la mujer mediante una costilla de Adán. Después, fue ella, Eva, la autora del pecado original. Con la llegada de Jesús, hijo de Dios, a la Tierra para salvar a la humanidad, eligió a doce apóstoles, todos hombres. Esto bastó para institucionalizar un sistema machista que aún hoy en día perdura y que la Iglesia se ha encargado de perpetuar.
Mientras que el catolicismo dependiente de Roma continúa con esta tradición, algunos sectores del protestantismo avanzan poco a poco. El último gesto llega de la Iglesia de suecia -evangélica luterana-, que ha decidido comenzar a utilizar el género neutro para referirse a Dios. Después de una larga reunión que se ha alargado durante ocho días, una votación ha dictaminado que ya no se hablará de "Él" ni de "Señor". A partir de ahora en Suecia se conocerá a Dios como "hen", pronombre neutro oficializado en 2015 mezclando "han" (él) y "hon" (ella).
El arzobispo Jackelen, líder de la Iglesia sueca, ha explicado los motivos por los que se ha producido tal cambio: "Teológicamente sabemos que Dios está más allá de nuestras determinaciones de género. Dios no es un ser humano".
Voces en contra
Contando con más de seis millones de fieles en Suecia, es normal que a más de uno no le haya gustado la decisión tomada por su Iglesia. Christer Pahlmblad, profesor asociado de teología de la Universidad de Lund ha puesto el grito en el cielo ante el género neutro de Dios ya que, según él, esto "socava la doctrina de la Trinidad y la comunión con otras iglesias cristianas".
Muy preocupado por la imagen que se tenga en el exterior, Pahlmblad no considera "muy inteligente que la Iglesia de Suecia pase a ser conocida como la que no respeta la herencia teológica común".