Portugal es el país europeo que cuenta con más divorcios al año: 7 de cada diez matrimonios terminan rompiéndose y esto a la iglesia lusa no le gusta. Sobre todo, al cardenal-patriarca de Lisboa, Manuel Clemente, que ha recomendado a quienes quieran casarse por segunda vez por la Iglesia que renuncien al sexo. "Deberán vivir como hermanos, en continencia sexual", anunció.
Lo hizo a través de una carta dirigida a los sacerdotes de su diócesis, en la que les explicaba los criterios que deben seguir con los católicos que contraen segundas nupcias por la iglesia. Las palabras del cardenal han dividido a la sociedad portuguesa y a los teólogos: unos piensan que el cardenal desconoce el significado del matrimonio y otros, que sólamente ha manifestado la doctrina papal. Los terceros en discordia, mientras tanto, se amparan en el sacramento de la confesión y por tanto piensan que cada uno es libre de hacer lo que quiera.
El sexo fuera del matrimonio había supuesto la expulsión de los divorciados de la institución religiosa. Sin embargo, en 2016 el Papa Francisco dio la posibilidad de volver a ella a las personas que se encontrasen en esta situación gracias a la doctrina 'Amoris laetita'. Aunque cabe recordar que el sexo fuera del matrimonio en el catolicismo está prohibido, ya que se considera pecado capital. Sin embargo, el texto del papa también recordaba que "un pastor no puede sentirse satisfecho aplicando sólamente las leyes morales a aquellos que viven en situaciones irregulares, como si fuesen piedras que se lanzan contra la vida de las personas".
En el caso de Clemente, tras el divorcio y con una nueva pareja, se recomienda la vida en continencia. Como el revuelo suscitado ha sido bastante grande, incluso el director de comunicación del patriarcado de Lisboa, Nuno Rosário Fernandes, ha tenido que salir a aclarar las palabras del cardenal: "El documento dice que los sacerdotes no deben dejar de proponer la continencia, pero teniendo en cuenta las dificultades se puede recurrir a la confesión". Además recuerda que lo dicho por Clemente ya lo dijeron con anterioridad Juan Pablo II y el propio Papa Francisco.
División de opiniones entre los teólogos
Algunos dicen que quizá la expresión no haya sido la más apropiada, ya que quienes no procesen la fe cristiana no entenderán el "lenguaje eclesiástico". Mientras que otros como la doctora en Teología en la Univesidad de Coimbra, Teresa Toldy, creen que las palabras del patriarca portugués son una intromisión ridícula en la vida conyugal y explica que no entiende cómo los sacerdotes pueden ayudar a los matrimonios si no conocen lo que significan pragmáticamente.
Sobre esta cuestión también se ha pronunciado Anselmo Borges, sacerdote y profesor de filosofía de la misma universidad. En palabras a Efeha, ha criticado duramente las palabras de su compañero. "La Iglesia no se debe meter en la vida íntima de la pareja. Luego si efectivamente están casados, es natural que tengan relaciones sexuales, ya que forma parte de la pareja. Si se forma una pareja no es para vivir como hermanos", sostiene Borges. Añade que la abstinencia contradice la "naturaleza de las cosas" y no se explica que la moral católica siga centrándose sobre todo en el sexo.
Por otro lado, asegura que este tipo de declataciones pueden alejar a los portugueses de la institución religiosa, ya que el cardenal Clemente es considerado el líder eclcesiástico del país.