Obispos y sacerdotes de la iglesia católica francesa han abusado sexualmente de al menos 216.000 menores de edad desde 1950. Pero el número podría aumentar a 330.000 si se incluyen las agresiones por parte de miembros laicos de la institución. Así lo ha revelado la investigación llevada a cabo por la comisión independiente establecida por obispos católicos en Francia.
Según se desprende del informe, de más de 2.500 páginas, alrededor del 80% de las víctimas eran varones, niños de entre 10 y 13 años. Durante décadas la institución religiosa no solo ocultó, sino que permitió que los abominables crímenes continuaran ocurriendo. En algunos casos, incluso, mantuvo a las víctimas en contacto con sus depredadores, pese a tener conocimiento de lo que ocurría. Todo por proteger a la Iglesia de un escándalo, recrimina la comisión de investigadores.
"El abuso fue sistemático", ha asegurado Jean-March Sauvé, jefe de la comisión, durante la presentación del reporte. "La Iglesia Católica es, después del círculo de familiares y amigos, el entorno que tiene la mayor prevalencia de violencia sexual", asevera el documento.
La "vergüenza" del Papa Francisco
El caso de Francia ha escandalizado al Vaticano. El Papa Francisco ha expresado su "vergüenza" ante los casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes o laicos que trabajan en la Iglesia y ha denunciado la "incapacidad" de las instituciones eclesiásticas de ponerlos en el centro.
"Deseo expresar mi tristeza a las víctimas por los dolores y los traumas que han sufrido. Y también mi vergüenza, nuestra vergüenza, mi vergüenza por la demasiada larga incapacidad de la Iglesia para ponerlos en el centro de sus preocupaciones, asegurando para ellos mi oración", ha señalado Francisco. En su alocución ha recalcado que este es "el tiempo de la vergüenza" para la Iglesia católica. "Recemos todos juntos: a ti señor la gloria, a nosotros la vergüenza. Este es el momento de la vergüenza. Insto a los obispos y vosotros que habéis venido a compartir este momento", ha añadido
Del mismo modo, ha reclamado a los obispos y a los superiores de las órdenes religiosas que continúen "cumpliendo todos los esfuerzos para que dramas similares no se repitan". "Expreso a los sacerdotes de Francia mi cercanía y paternal apoyo ante esta dura prueba que es dura pero también es saludable e invito a los católicos franceses a asumir su responsabilidad para garantizar que la Iglesia sea una casa segura para todos", ha agregado.
La Iglesia española mira hacia otro lado
El ejemplo del país vecino, que acaba de constatar la colosal magnitud de los crímenes, deja en evidencia a la Iglesia de España, que sigue optando por la opacidad. La Conferencia Episcopal Española (CEE) es, junto con la italiana, la única que prefiere no reconocer ni investigar los casos de abusos sexuales a menores.
En España solo constan 220 casos, algo que para los expertos resulta "increíble" ante la presencia de la Iglesia Católica en la educación de los españoles durante décadas. La (CEE) desconoce el número de sacerdotes implicados en casos de abusos a menores, que se investigan cuando las víctimas presentan denuncia en las oficinas que se han abierto en las distintas diócesis este último año.
Y es que en España la Iglesia no ha realizado ninguna investigación global y el último dato que se conoce es de abril de este año, cuando el secretario general de la CEE, Luis Argüello, informó de que un total de 220 clérigos habían sido denunciados entre 2001 y 2021, de los que 151 casos habían sido ya resueltos y 69 siguen abiertos.
Además, Argüello afirmó que si alguna víctima se dirige a los obispos la atenderán, pero que no harán nada por saber la verdad: ni revisar archivos, ni contabilizar casos, ni establecer indemnizaciones, ni emprender una investigación a gran escala del pasado. "No vamos a hacer de manera proactiva un programa de investigación general", añadió.