Tras 16 años del atentado en las Torres Gemelas, el peor en la historia de Occidente, la identificación de las víctimas continúa en marcha. Son 2.753 los muertos en aquel ataque y ahora, por primera vez desde 2015, se ha identificado una nueva víctima.
Con esta noticia, son ya 1.641 las personas identificadas que murieron durante el atentado perpetrado por Al Qaeda (el 41% aún continúa en paradero desconocido) y que supuso el punto de inicio de uno de los problemas más graves en la actualidad para Occidente: el auge del terrorismo islámico, que este miércoles 9 de agosto ha vuelto a atentar en Francia.
A petición de la familia no se divulgará la identidad de la persona identificada, pero supone un paso adelante en las investigaciones que aún continúan en marcha, puesto que gran parte de los restos aún no han sido identificados como consecuencia de la ingente labor que supone.
Hay que tener en cuenta que el carácter del atentado y de las explosiones, probablemente, no permita que muchas de las personas que aquel fatídico día murieron conserven restos mortales.
Sin embargo, las autoridades no se dan por vencidas: "La continuación de este trabajo es vital porque con cada nueva identificación podemos dar respuestas a familias afectadas por una tremenda pérdida", ha asegurado la jefe forense, Bárbara Sampson.
Los restos mortales que aún se conservan, principalmente óseo, están siendo identificados en cruzar los huesos con análisis de ADN y otras pruebas de los más de 21.900 fragmentos humanos hallados entre los restos de las antiguas Torres Gemelas.
Las nuevas técnicas han permitido averiguar la edad y la identidad de esta persona, después de que los anteriores métodos no lo permitiesen. Algo que abre la puerta a adelantar las investigaciones y ofrecer un rayo de esperanza a las familias de muchas víctimas.
La consecuencias del 11-S
El 11-S es considerado como el peor atentado terrorista perpetrado en Occidente y quizás sobre todo el planeta. El Gobierno de George Bush lo consideró directamente como un acto de Guerra y organizó la invasión de Afganistán (controlada por los talibanes, que amparaban a Al-Qaeda). Años después llegaría la guerra de Irak, la caída de Saddam Hussein y la desestabilización de toda una región.