Una vez superada la etapa más cálida del verano donde hemos tenido temperaturas históricas, iniciamos la temporada de temporales en el caribe, que este año ha comenzado más tarde de lo previsto por las elevadas temperaturas del océano. Ahora, todo el foco de atención está puesto en el huracán Danielle, que se encuentra en el océano Atlántico y previsiblemente tocará las costas españolas durante la próxima semana, dejando unas importantes tormentas con su paso.
Con un carácter cambiante y agresivo, el pasado viernes adquirió la categoría de huracán, pero su inestabilidad hace que esté medio planeta pendiente de su evolución. Durante la jornada del sábado disminuyó su virulencia, pasando a ser considerada una tormenta tropical, aunque en las últimas horas se ha vuelto a agravar su intensidad pasando a ser de nuevo un huracán.
Son muchas las dudas sobre el carácter de esta perturbación climática, pero todo apunta que el ciclón tropical puede dirigirse hacia el noreste de Europa viendo la mínima trayectoria que ha tomado en las últimas horas. Según algunos estudios realizados, es posible que llegue a las islas Azores y pasa por el noreste de España con la intención de terminar desapareciendo en las islas británicas a medida que vaya perdiendo fuerza con su paso.
En este momento, el huracán se encuentra en medio del océano en un punto remoto donde la isla más cercana está a unos 1200 kilómetros. Danielle está en pleno Atlántico Norte Central, y en este momento no existe una previsión de su contacto con tierra firme, aunque es posible que viendo la gran virulencia que está alcanzando pueda precipitar su trayectoria y llegar antes de lo previsto. Los últimos estudios determinan que durante la jornada del miércoles pueda alcanzar las islas portuguesas, momento en el que perderá fuerza al situarse por aguas mucho más frías que las actuales, cambiando así su composición y configuración.
Su llegada a España
Con vientos superiores a los 120 km/h, Danielle sigue avanzando con rachas de viento más elevadas, encontrándose a más de 2700 km de la costa peninsular. Desde la AEMET han indicado que es posible que llegue a afectarnos a España, aunque bien es cierto que podría originar mala mar por las altas rachas originadas, aunque no está previsto que llegue en todo caso hasta mediados de la próxima semana.
Siguiendo las estimaciones de trayectorias realizadas, se ha observado que se desviará por encima de lo previsto inicialmente, por lo que su presencia en la península Ibérica sería residual, aportando únicamente fuertes rachas de viento, que afectaría única y exclusivamente a la costa gallega, originando algunos chubascos leves.