Cuando en 1996 Florentino Fernández presentó por primera vez a Crispín Klander en 'Esta noche cruzamos el Mississippi', en Los 40 sonaban Ella baila sola, Metallica, Rebeca Duro de Pelar Pous y Amistades Peligrosas. Cuando se estrenó la quinta temporada de 'MasterChef Celebrity' con Flo como concursante, Pablo Alborán y Beret se disputaban con Jason Derulo y su canción del challenge de TikTok el número uno de Los 40. La música ha cambiado. Y esto podría servirnos como reflejo del cambio que ha hecho la sociedad en estos 24 años.
Aún así, hay quien sigue echándolo a suertes como Marta y Marilia, disfrutando de las guitarras de Metallica y haciéndose el duro. De pelar. Muchas veces vivimos de la nostalgia y nos cuesta (o no queremos) entender la evolución (sea para mejor o para peor). Y esto es un poco lo que le ha pasado a Flo.
Una de las claves del humor -y esto lo digo sin ser yo humorista, ni nada de eso- es entender y nutrirse de la actualidad. O, al menos, el humor que debería predominar en televisión. Sin embargo, Florentino Fernández ha optado por rescatar ese personaje que creó a mediados de los 90 para sus intervenciones en el talent culiranio de TVE. Sí, en la cadena pública.
Crispín Klander era, según Wikipedia, algo así como una caricatura de Chiquito de la Calzada homosexualizada y con pluma. Muchísima pluma. Flo Klander tenía un claro objetivo; conquistar e incomodar, sobre todo esto último, a Pepe Navarro. Porque, claro, cómo se va a sentir cómodo un hombre heterosexual cuando un hombre gay (y con más pluma que en el vestido de una vedette) muestra interés por él. Y esto es justo lo que está haciendo de nuevo Flo (sí, en 2020) con Pepe Rodríguez y su "reinventado" personaje.
Pero la cosa no se queda ahí. Este "nuevo" personaje al que han llamado Flosie sin ningún tipo de disimulo (porque tampoco lo pretende) no es más que una caricatura sobre Josie, compañero de Flo en el concurso, que comparte las formas y las actitudes del afortunadamente despararecido Crispín Klander. Cada martes por la noche, en TVE, vemos a esta nueva versión del personaje perder los papeles por uno de los jueces del programa bajo la atenta mirada y las risas -muchísimas risas- de sus compañeros y resto del equipo. Aunque no todos se ríen de la misma manera.
La reacción de Josie
Mientras vemos a Juan José Ballesta, Samantha Vallejo-Nágera, Ainhoa Arteta o Gonzalo Miró descojonarse, Josie solo esboza una tímida sonrisa. Una tímida sonrisa que esconde muchísimas cosas. En la sonrisa del estilista puede haber desde una incomodidad tremenda hasta malos recuerdos de infancia.
Porque lo que está haciendo Florentino Fernández en el programa es lo que se ha hecho (y, lamentablemente, se sigue haciendo) en los colegios de nuestro país durante muchísimo tiempo. Flosie, pretendiendo ser una representación jocosa de la homosexualidad, no deja de ser una validación del reírse de la pluma, de ridiculizar al diferente y, una vez más, poner en el foco de las risas al colectivo LGTB.
Y ahora podrán venir a decirnos que somos unos "ofendiditos", que no entendemos el humor y que no lo hace con ninguna maldad. Y seguro que esto último es totalmente cierto. En esta parodia de Flo no hay maldad (o esperamos que no la haya), pero hay un arrastre de esa cultura de nuestro país de "los chistes de mariquitas". Y, amigos, estamos en 2020.
Es evidente que esto no es un problema solo de Florentino Fernández y 'MasterChef Celebrity'. Hay toda una generación de humoristas en nuestro país que han bebido de los chistes de Arévalo (si es que esto es un género del humor por sí mismo) y de las bromas menos inteligentes y más repetitivas posibles y no han sabido evolucionar, ni dejar hueco a alguien capaz de hacer la comedia que nos merecemos en 2020 en televisión. Porque ellos están en todos los programas "blancos" de la parrilla. Sí, la gran mayoría de estos cómicos son hombres.
Llegará un día que "los chistes de mariquitas" nos harán gracia a los mariquitas. Seguro. Pero aún no hemos llegado hasta ahí. Aún hay agresiones LGTBófobas a diario en los colegios y en las calles de nuestro país, aún se ridiculiza a aquellos que tienen pluma o se salen de la norma (incluso dentro del propio colectivo) y aún no podemos estar tranquilos cuando vemos que en la cadena pública en horario de máxima audiencia se están riendo de nosotros. Hasta entonces seguiremos siendo unos "ofendiditos" a la espera de poder disfrutar, con tranquilidad, del sabor de la vida.