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Houda Akrikez (Tabadol): "Cañada Real es un barrio en el que viven personas, no números"

Houda Akrikez es vecina del sector 6 de la Cañada Real y fundadora de la asociación Tabadol.

Houda Akrikez (Tabadol): "Cañada Real es un barrio en el que viven personas, no números"

El sector 6 de la Cañada Real sufre cortes de luz desde el 2 de octubre de 2020. Houda Akrikez, vecina y fundadora de la asociación Tabadol, nos recibe para reclamar el regreso de los suministros, para explicar la situación de las personas que habitan en este tramo, las necesidades que considera urgentes y la resistencia ante las carencias actuales.

La Cañada es una antigua vía pecuaria une La Rioja y Ciudad Real, estaba destinada a la transhumancia y comenzó a ser habitada entre 1950 y 1960.

Una zona que ha visto deterioradas sus condiciones de vida por la falta de luz, un contexto del que recalca que tiene especial incidencia en "personas mayores y con enfermedades crónicas, que dependen de la electricidad para respirar o dormir".

El sector 6 cuenta con casi 3.000 residentes, con circunstancias muy diversas: "Mi padre, durante toda su vida, ha residido en España, somos una familia marroquí y en 1992 llegamos aquí. Al principio él vivía en Banco de España, de alquiler, y un amigo suyo le comentó dos años después que se vendían unos terrenos en una zona de Madrid y que podía construir su vivienda. Compró la parcela y hemos vivido aquí desde 1994".

En este contexto, pide soluciones ante una realidad que no se corresponde con un problema que afecta a un punto muy delimitado de este sector y que llegó tras el derribo del poblado chabolista de Las Barranquillas, en 2007: "Estamos a 16 kilómetros del centro de Madrid y somos un barrio en el que viven personas, no números, personas que nos levantamos todos los días para cotizar y aportar a la economía de este país. Queremos que se nos considere parte de esta región".

Sobre esta problemática de los cortes de luz y sus consecuencias en los vecinos aporta más datos el informe 'La Cañada Real Responde: Impactos psicosociales derivados del suministro eléctrico', elaborado por el Centro Sira, que define la vida en la Cañada ante los cortes de luz como "entorno torturante" y hace hincapié en sus consecuencias: "Desde el punto de vista psicológico, se ha quintuplicado la necesidad de atención en salud mental, pasando del 11,8% antes del corte de la luz al 55% que refiere haber acudido o necesitarla posteriormente. Un 60,2% han tenido sentimientos desesperanza y deseos de no seguir viviendo. De ellas un 15,7% reconocen pensamientos de suicidio".

Los cortes de luz se han mantenido durante cuatro años en este sector y, según Naturgy, están motivados por el cultivo de marihuana de varios vecinos, a pesar de que se están aplicando al conjunto de los residentes. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha pronunciado sobre esta cuestión en varias ocasiones, como sucedió durante el debate emitido en Telemadrid ante las elecciones autonómicas del 28 de mayo de 2023: "El problema de la Cañada Real es un problema de delincuencia". También fue noticia su respuesta tras escuchar la carta de una niña que reside en esta zona expresando los problemas que experimentaba por la falta de luz: "Yo no gestiono sentimientos".

Houda Akrikez pide poner coto a estas afirmaciones porque dificulta la situación de los vecinos: "El estigma nos abarca y atraviesa y es muy fuerte, porque se nos ataca desde las instituciones. Si la presidenta de la Comunidad de Madrid sale en sus vídeos atacando a los vecinos y vecinas de Cañada Real, nos estigmatiza. Sin embargo, la realidad es que las vecinas y vecinos y las asociaciones vecinales del sector 5 y 6 de Cañada Real trabajamos todos los días por romper los estigmas y los estereotipos".

Una estigmatización que refleja: "Lo notamos en la búsqueda de empleo, a la hora de ir a universidades o institutos, en los colegios. Los niños de Cañada Real siempre cargan con la mochila y la etiqueta de ser de Cañada Real y contra ello tienen que luchar todos los días. Pero aquí seguimos luchando por igualdad de oportunidades".

"Un barrio en construcción"

En contraposición, Houda define Cañada Real como un barrio en contrucción y expone la unión de los vecinos que han combatido estos cortes: "Eso es determinante, hay muchísimas necesidades, pero hay muchísimo orgullo y muchísima dignidad, los vecinos nos apoyamos continuamente y creo que la riqueza de Cañada Real es exclusiva y única".

Contra la situación concreta del sector 6, Akrikez intenta revertirla desde Tabadol: "Nace en 2009 a raíz de los derribos en la Cañada Real. Somos cinco mujeres magrebíes que vivimos en Cañada Real y que hemos decidido defender lo que es nuestro, nuestras viviendas y nuestras familias. Actualmente formamos parte de la asociación 15 mujeres que estamos muy orgullosas de todo lo que hemos logrado.

La asociación que lidera Houda, que ha estudiado gestión administrativa y desarrolla una labor en tareas de integración social y mediación intercultural, se caracteriza por su defensa del empoderamiento de la mujer marroquí en la Cañada. En su comunidad, es la única mujer que no porta velo: "Pero no ha sido fácil para mí, porque ha conllevado trabajo, pisar fuerte y decidir que lo quiero hacer con mi vida y con mi cuerpo es decisión mía".

Entre las acciones para mejorar las condiciones de vida en la Cañada, enmarca la organización de acciones culturales para visibilizar su realidad y una batalla judicial, que ha llegado a la Audiencia Provincial de Madrid y a las instituciones europeas, que "han instado a España a restablecer el suministro eléctrico de manera inmediata". Además, recuerda que el Defensor del Pueblo se ha pronunciado en cuatro informes en el mismo sentido.

Pero no es el único problema que se experimenta aquí: "En la Cañada Real hay un montón de necesidades. El suministro eléctrico ha sido la gota que ha colmado el vaso, pero por ejemplo, en el Pacto Regional que se firmó en 2017 (incluye a la Comunidad, Ayuntamientos de Madrid, Coslada, Rivas; así como al Gobierno de España) se acuerda que va a haber asfaltado de las carreteras y no se ha producido, también se recoge el alumbrado y no se ha producido, se han comprometido al servicio de Correos que no existe todavía, también se han comprometido a instalar un servicio de autobuses para que la gente se pueda trasladar y a garantizar el suministro eléctrico, la luz y saneamiento en Cañada Real y esto todavía no se cumple".

En Cañada, muchos vecinos recalcan la presión inmobiliaria en la zona. Houda explica que "históricamente siempre se nos ha atacado para desalojarnos de manera forzosa de nuestras viviendas" y lamenta la existencia de "intereses urbanísticos que están por encima de los derechos humanos y son la razón de todo lo que nos están haciendo hoy aquí".

Un contexto en el que los vecinos resisten y buscan mejorar sus condiciones, algo que aprecia especialmente en las nuevas generaciones: "Se está notando muchísimo el cambio en la mentalidad de los adolescentes. En mi época, éramos muy pocas personas las que optábamos por seguir estudiando y llegar a unos estudios altos. Pero ahora hay un nivel muy alto de chicas, sobre todo, que quieren estudiar y quieren llegar a un futuro mejor. Y eso se consigue llegando a las universidades y hay un número bastante alto de jóvenes que han decidido seguir sus estudios y llegar hasta las universidades."

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