Un estadounidense de 34 años ha sufrido serias complicaciones en el cerebro tras atreverse a probar el Carolina Reaper, el segundo chili más picante del mundo, en un concurso de comida picante celebrado en Nueva York. Es el primer caso del conocido como síndrome de vasoconstricción cerebral reversible (RCVS en inglés) que se produce por ingerir alimentos de este tipo.
Tras comer el Carolina Reaper, el hombre sufrió un dolor de cuello corto pero muy intenso, como relata el doctor Kulothungan Gunasekaran a la CBS. Poco a poco, el dolor se extendió por toda la cabeza. En Estados Unidos este tipo de dolencia se denomina Thunderclap headache, unos dolores de cabeza similares a los truenos, por la brevedad e intensidad de los mismos.
Los dolores no desaparecieron hasta la quinta semana
Cuando el valiente catador de chili observó que los fugaces dolores se mantenían con el paso de los días, decidió acudir al hospital. Superó las primeras pruebas neurológicas, que descartaron un problema grave. Entonces, una tomografía computarizada desveló el origen de la dolencia: las arterias de su cerebro se habían constringido, provocando el síndrome de vasoconstricción cerebral reversible al que hacíamos referencia con anterioridad.
El RCVS se había manifestado hasta la fecha como efecto secundario de algunos medicamentos o tras tomar alguna droga, pero nunca por tomar chili ni nada picante, lo que supone todo un descubrimiento.
Afortunadamente para el descubridor, los síntomas comenzaron a disminuir su intensidad con el paso de los días. Sin embargo, no fue hasta la quinta semana de seguimiento médico cuando los dolores remitieron por completo.
El Carolina Reaper contiene 1.569.300 Unidades de Scoville (SHU), la medida empleada para conocer el picante de los alimentos. Hasta el año pasado lideraba la lista de los chilis más picantes, momento en el que se toparon con El Aliento del Dragón (Dragon's Breath), de 2.480.000 Unidades de Scoville, según el Libro Guiness de los Récords.