El anuncio de la Comisión Europea en torno al final del cambio de hora ha generado un debate fundamental: ¿Qué horario debemos mantener? ¿El de Invierno o del de Verano?
Los argumentos son válidos para unos y otros: el de verano podría fortalecer el sector servicios porque anima a consumir (el PIB de España se compone en un 11% por el turismo y Baleares y Valencia ya realizaron declaraciones institucionales a su favor). En el caso de elegir el de invierno, aumentaría la productividad, ya que llegaríamos a nuestro puesto de trabajo con la luz del día ya fijada.
Dejando de lado estos argumentos, Europa ahora se enfrenta a una votación en la que se deberá elegir qué horario se mantiene. Si se opta por el de verano, no volveremos a cambiar de hora después de la llegada de la primavera. En el caso contrario, volveremos a hacer el cambio en el otoño de 2019 y ya nos olvidaremos para siempre del asunto.
Todo depende de los resultados de las consultas, pero hay un dato que sí influirá especialmente en nuestras vidas: ¿A qué hora va a amanecer y anochecer a partir de ahora? ¿Voy a salir de la oficina aún con luz solar en pleno enero?
Horario de verano
A priori es la opción favorita, a tenor de las encuestas. Con este gesto, mantendríamos la hora que aplicamos en los meses más calidos, amaneciendo y anocheciendo más tarde que de costumbre. Nos fijamos en enero:
Atendiendo a la posición de cada provincia, podríamos llegar a la siguiente conclusión: Baleares amanecería a las 09:01 de la mañana cada 18 de enero, mientras que anochecería a las 19:04.
Es la comunidad situada en el extremo oriente del país, pero hay más. Si nos dirigimos a Madrid, las horas cambiarían: nos desplazaríamos a las 09:28 de la mañana como punto de inicio del día solar hasta las 19:28 horas. Es decir, gran parte de los trabajadores llegarían entre media y una hora antes del amanecer, aunque la gran mayoría saldría preparado para disfrutar de una excelente puesta de Sol.
La zona del país donde haría más efecto este cambio es Galicia y, sobre todo, A Coruña. Allí, en pleno mes de enero, amaneceríamos a las 09:54 y anocheceríamos a las 19:39. Es decir, el Sol comenzaría a salir cuando la considerada franja de 'hora punta' del transporte público se encuentra finalizando.
Otro dato importante: en el mes con los días más largos, junio, el día duraría entre las 06:55 y las 22:18 en A Coruña, las 06:47 y las 21:49 en Madrid y las 06:26 y las 21:08 en Baleares, tal y como publica Verne.
Por último, las Islas Canarias tendrían jornadas solaes de 08:55 a 19:41 en enero y de 07:10 a 21:06 en junio.
Horario de invierno
Si optamos por el horario madrugador, solamente deberíamos restar una hora a las cifras anteriormente mencionadas. Con ello, Baleares viviría el mes de enero con jornadas de 08:01 a 18:04; mientras que registraría de un contundente Sol de junio entre las 05:24 y las 20:21. Es decir, amanecería en plena madrugada.
Madrid, por su parte, se mantendría con jornadas solares en pleno enero entre las 08:28 y las 18:28; mientras que en junio tendrían Sol entre las 05:47 y las 20:49. A Coruña viviría atardeceres más tardíos, con el amanecer a las 08:54 en invierno y anochecer en 18:39; mientras que el día duraría en verano entre las 05:55 y las 21:18.
Canarias, finalmente, viviría sus amaneceres a las 07:51 y anocheceres entre las 18:38; mientras que en verano el día duraría entre las 06:07 y las 20:02.
Un momento... ¿Racionalización de horarios?
Es una vieja reivindicación cuyo mayor apoyo surge de la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles. Este tema también se abordó durante la última legislatura de Mariano Rajoy (llegó a llevarla en su programa electoral) y ha vuelto a salir en pleno debate sobre el cambio de hora.
Algunas personalidades como el ministro de Exteriores, Josep Borrell, no han negado la posibilidad de que esta medida sirva como 'empuje' a la hora de iniciar un pacto que tendría muchas más implicaciones de las que, a priori, aparentan.
Nuestro país cuenta con la misma hora que Alemania porque Franco decidió alinear nuestros relojes con el país germano en plena II Guerra Mundial. Todo ello ha derivado en múltiples hábitos que llevan a que vivamos unos horarios culturales tardíos e inéditos en el mundo (con alguna excepción aislada como Brasil).
Sin embargo, este cambio necesita de un pacto nacional, que permita hacer jornadas de trabajo más intensivas, retrasar el horario del prime time televisivo, modificar los horarios escolares... y lo más complicado: nuestros hábitos culturales.
¿Estamos realmente dispuestos a seguir las pautas de comida que mantienen en Europa y cambiar colectivamente unas costumbres que llevamos realizando toda nuestra vida? Esto es fundamental.
Además, el sector turístico ya se ha quejado en repetidas ocasiones del peligro de estos cambios. Se trata de una industria que representa alrededor del 11% del PIB y que sostiene a muchas regiones de España. Algunas comunidades autónomas como Baleares o Valencia llegaron a firmar una declaración institucional para mantener el horario de verano durante todo el año.
El exministro de Economía, Luis de Guindos, prometió en repetidas ocasiones que activaría el plan, pero se quedó en un cajón. Parece que ningún visitante busca levantarse a las 6 de la mañana y acostarse a las 18. Quizás, ese sea uno de los atractivos menos influyentes a la hora de escoger nuestro país, pero como todo... aporta.
El Gobierno podría plantear mantener el horario de invierno si Europa deja el de verano y, como se diría vulgarmente... 'matar dos pájaros de un tiro'. ¿Esa es la voluntad de los españoles? Pues, habrá que esperar a la gran encuesta que se está organizando en Europa...
