El próximo mes de de octubre Roma acogerá, entre los días 4 y 25, la reunión de autoridades religiosas donde se determinará, tal y como recoge El Periódico, en qué concluye el debate iniciado en un Sínodo extraordinario dedicado a las familias que tuvo lugar el año pasado.
Las tres aperturas de la próxima reunión se centran en los divorciados católicos, los homosexuales y las mujeres. Sobre los primeros, el borrador de trabajo hecho público por la Santa Sede afirma que aquellos que vivan con una pareja estable o vuelvan a casarse tendrán permiso de participar en la eucaristía si antes pasan por una senda de arrepentimiento.
De los homosexuales, el Vaticano acuerda que estos deben ser tratados "con sensibilidad y delicadeza, tanto en la iglesia como en la sociedad". Las mujeres, por otro lado, tendrán que considerar tener un mayor peso en la preparación de los jóvenes que vayan a casarse puesto que los curas no entenderían mucho del tema.
El matrimonio, solo heterosexual
El boceto del texto que señala que solo existe el matrimonio entre un hombre y una mujer, incide en una paternidad responsable, arremete contra el aborto calificándolo de negación de la vida e insiste en que no es posible que las instituciones internacionales subordinen la financiación a territorios pobres con la condición de establecer el enlace homosexual.
Además de ello también se considera deseable que "los proyectos pastorales diocesanos reserven una atención específica al acompañamiento de las familias en las que viven personas con tendencias homosexuales". Peter Erdo, portavoz del Sínodo, hizo referencia además a que el matrimonio lo define la unión entre una mujer y un hombre abiertos a la procreación, aunque ello no deba suponer la marginación de otras personas.