El debate se ha reabierto tras la actuación de Adam Levine en la SuperBowl. Esta vez la controversia se centra en los pezones del cantante, que decidió quitarse la camiseta en pleno concierto. El gesto no tiene nada de sorprendente y, precisamente, ahí reside la polémica. Podemos ver pezones masculinos en las pantallas de cine, de televisión y en las redes sociales en cualquier contexto. Mientras tanto, Instagram continúa censurando pezones femeninos y las películas los sexualizan en exceso.
Pero el afán de la sociedad por censurar esta parte del cuerpo afectó tanto a hombres como mujeres en el pasado, ya que a raíz de la democratización del baño y el surgimiento de bañadores, se cubría el pecho sin distinción de sexos. ¿Los motivos? Los códigos de conducta impuestos entre los bañistas de Estados Unidos prohibieron el nudismo, pero también mostrar los pezones en público.
Sin embargo, los hombres no aceptaron que las leyes les prohibieran mostrar su pecho al descubierto, en parte, porque las revistas y las películas de la época mostraban a hombres que sí los hacían. La popularización de torsos desnudos en Hollywood provocó que muchos hombres se enfrentaran de forma abierta a las autoridades dejando varios detenidos, como aquellos que en 1934 decidieron librarse de la parte superior de sus bañadores mientras se bañaban en Coney Island.
Una revolución iniciada por Clark Gable
Gran parte de la hazaña se debió a que Clark Gable se mostró sin la parte de arriba en la gran pantalla durante el famoso monólogo de 'Sucedió una noche'. Incluso hay una leyenda urbana que dice que tras su aparición descendieron significativamente las ventas de las camisetas interiores.
El anecdótico caso del actor estadounidense es un ejemplo más de cómo la representación en la cultura puede cambiar los comportamientos y hasta las leyes, porque, tras ver a Clark Gable y a muchos otros de sus ídolos mostrar su pecho en pantalla, un sinfín de hombres comenzaron a reivindicar su derecho a mostrar sus pezones en público y tuvieron éxito a pesar de las sanciones y las restricciones impuestas por la ley. De esta forma, en 1936, un juzgado retiró la prohibición en todo el Estado de Nueva York.
Sin embargo, mientras esto ocurría con los hombres las mujeres eran aún sancionadas por las por mostrar su cuerpo más de lo que se les permitía, y sus pezones siguen siendo aún objeto del debate y la polémica.
En la actualidad, el debate en torno a la censura sobre los pezones masculinos se encuentra ya más que superado, pero sirve de ejemplo sobre cómo la representación es cada vez más importante. Mientras la televisión continúa mostrando mayoritariamente desnudos femeninos sexualizados, el #FreeTheNipple sirve como herramienta de combate para quienes no quieren que sus pezones sean motivo de escándalo, al igual que los de Adam Levine no lo serán nunca.