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Hay hombres que no consiguen llegar al orgasmo: causas y soluciones

Los restrictivos estereotipos de masculinidad han generado que muchos hombres no pidan ayuda.

En más de una ocasión hemos escuchado que la mujer tiene mayores complicaciones para alcanzar un orgasmo que un hombre. Causa de ello es que la sociedad tenga asumido que solo ellas pueden llegar a tener problemas para alcanzar dicho momento de placer y que, en ningún caso es problema de hombres.

Dando un simple paseo por internet, al buscar información técnica sobre el problema, la "anorgasmia", prácticamente toda la información se centra en el mundo femenino. Sin embargo, ¿no existen hombres con el mismo problema?

Pues lo cierto es que sí. El problema es que son menos visibles por el tradicional concepto machista que presupone que, por ser hombre, hay que ser más fuerte y tener menos problemas que una mujer. Y aunque cada vez más la sociedad luche contra ello, lo cierto es que la idea aún permanece de manera interiorizada -y no muy consciente- en la mayoría de la sociedad. Véase en este caso los micromachismos a los que la mujer se enfrenta constantemente.

Por esa necesidad aún constante de mostrar una imagen de "hombría" por parte del género masculino, el asunto de la anorgasmia termina ciñéndose a las mujeres. Y ello provoca que haya menos información y que las personas que lo sufren no cuenten con la ayuda necesaria.

Eyacular no implica tener un orgasmo

Eyacular no implica tener un orgasmo

Para identificar el problema, es necesario que primero diferenciemos la eyaculación del orgasmo. Y es que, porque tú -o tu novio, amante, o lo que sea- expulse semen no implica que esté teniendo un orgasmo de verdad.

El orgasmo se caracteriza por la descarga de la tensión sexual acumulada durante la relación, que implica unas contracciones -de hecho- muy placenteras en la zona pélvica. La eyaculación, por el contrario, se trata de una respuesta fisiológica del cuerpo y no tiene mayor implicación.

Para que se alcance el orgasmo tienen especial implicación las hormonas. Sin embargo, cuando algo no funciona, puede ser de dos maneras: cuando hay eyaculación pero no hay orgasmo, que es la más frecuente, y cuando hay orgasmo pero no eyaculación, algo poco habitual y que se conoce como "eyaculación retardada".

Muchos hombres consideran que tienen orgasmos por el simple hecho de eyacular. Sin embargo, esto es falso

En cuanto a las causas, la inmensa mayoría de las ocasiones tiene un factor psicológico. En ello, influyen cuadros de ansiedad o depresión; aunque también aspectos como las creencias religiosas o las aptitudes aprendidas.

Por otro lado, las causas físicas solo implican un 5% de los casos, y pueden deberse a causas tan diversas como la diabetes, lesiones en la médula espinal, malformaciones, uso abusivo de viagra o el uso de drogas psicotrópicas.

La falta de información puede ser perjudicial

El 95% de los casos derivan de algún tipo de conflicto psicológico
"El 95% de los casos derivan de algún tipo de conflicto psicológico"

Teniendo en cuenta que la mayoría de casos se derivan de factores psicológicos, la falta de información y la presión social que impone un modelo de masculinidad muy excluyente pueden ayudar a que el problema se agrave de manera importante, provocando que los que la sufren se encierren en sí mismos y no pidan ayuda por vergüenza.

Si todo esto se combina, el problema puede ir a más. El afectado comenzará a frustrarse enormemente con el tema y a comenzar a tener obsesión con el orgasmo. El problema es que terminen convirtiéndolo en objetivo, lo que implicaría que se alejasen las posibilidades de conseguirlo.

Por todas las implicaciones psicológicas que mantiene, lo más indicado es normalizar la situación y recurrir sin ningún tipo de complejo a ayuda profesional cuando se considere necesario. Porque también hay muchos más hombres que padecen la misma situación y no es algo de lo que nadie debiera avergonzarse.

Un problema con solución

En algunos casos es imprescindible que la pareja intervenga en la terapia
"En algunos casos es imprescindible que la pareja intervenga en la terapia"

La anorgasmia masculina cuenta con las mismas posibilidades de solución que la femenina: muy altas. Para ello, es fundamental consultar con un sexólogo especializado, que valore la necesidad del tratamiento a seguir según las circunstancias.

Durante la entrevista, se valorará la necesidad una terapia individual u otra en la que esté implicada la pareja. Allí se valorará si el problema parte de un conflicto psicológico o si se trata de un problema físico, momento en el que el especialista deberá de derivar directamente al afectado al médico oportuno.

Prácticamente el 95% de los casos finalizan con éxito. Por ello, las espectativas de mejora son muy altas. Pero para lograr que todo el problema sea historia, lo mejor es quitarse los complejos y pedir ayuda.

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