La transexualidad es, pese a todo lo que se habla últimamente de ella, un tema muy desconocido. Y el problema es que, al ser desconocido, también está muy mal visto; lo que no conocemos nos provoca una sensación de estupor y, en ocasiones, esto nos lleva a tener miedo. La solución a este miedo es abrir los ojos, ver la realidad, ponernos en la piel de la otra persona y comprender que son procesos totalmente naturales. La transexualidad no es ninguna enfermedad, no es algo que deba "curarse" o algo que pueda "contagiarse", ni mucho menos. Es una identidad más.
Eric nació en un cuerpo con el que no se sentía identificado; pese a ser un hombre, su cuerpo era leído como el de una mujer. Pero él no sabía apenas nada sobre transexualidad, tenía miedo a sentirse rechazado, y acabó viviendo gran parte de su vida como si realmente fuera una mujer. Y así continuó durante mucho, mucho tiempo, hasta que el coraje de su hija le hizo comprender que no debería esconderse, sino luchar por ser él mismo.
La historia de Corey Maison, una joven de quince años de edad, se hizo viral en internet hace ya algún tiempo. Corey sabía que el sexo que se le había asignado al nacer, mirando únicamente sus genitales, no era el correcto. Ella tenía miedo de contarle a sus padres que no era el niño que ellos creían, sino que era una niña; pero, finalmente, y con tan solo doce años, encontró el valor para hacerlo. En su momento, Corey habló con el medio Nine News Australia, y les comentó que ella "quería que mis padres estuviesen orgullosos de quién soy, pero creía que no les gustaría". Por suerte para Corey, sus padres, Les y Erica, le mostraron su apoyo.
Corey tuvo mucha, muchísima suerte. Y es que, por desgracia, lo habitual no es que la familia y el entorno acepten la transexualidad con tanta facilidad. Normalmente, las personas transexuales se ven rechazadas por sus familiares, por sus amigos, por sus conocidos... Porque, como ya hemos señalado, el desconocimiento lleva al rechazo. Pero, de nuevo, no os preocupéis: este desconocimiento se cura con un poco de concienciación y grandes dosis de esfuerzo.
La reacción de Corey al recibir su primera dosis de hormonas tras más de dos años esperando se hizo viral en internet. Su alegría, su emoción, la felicidad que se puede ver reflejada en su rostro... Corey transmitió en menos de un minuto más de lo que muchos han logrado transmitir a lo largo de su vida. Gracias a su caso, se comenzó a hablar más de la transexualidad en niños, y a aceptar que esta no era ningún tipo de trastorno, ni estaba influenciado por los padres o por el entorno. Simplemente son niños que nacen en cuerpos que no se identifican con su realidad. Y, quizás por esto, la por entonces leída como madre de Corey, Erica, se atrevió a dar el paso y confesar que su cuerpo tampoco era el correcto; el coraje de su hija le animó.
Eric también había nacido en un cuerpo con el que no se sentía representado
Eric había estado llamándose Erica toda su vida, porque así se lo habían impuesto. Y si el tema de la transexualidad ahora mismo es un tabú, imaginad hace veinte o treinta años. Eric ha tenido que esperar mucho tiempo para poder ser él mismo pero, finalmente, lo ha conseguido.
"Lo primero que sentí fue alivio, luego terror... Miedo por lo que me esperaría en un futuro, miedo por cómo mi familia y mis hijos reaccionarían, miedo por cómo se iba a ver el resto de mi vida", contó Eric al medio 9 news. Su juventud, su infancia, no debió ser nada fácil, y eso es algo que Eric ya no tiene por qué esconder. "Cuando era joven, deseaba tener cáncer de mama para que me hiciesen una mastectomía", ha llegado a confesar. Hasta ese punto llegó su sufrimiento: no se sentía identificado con su cuerpo hasta el extremo de ansiar una enfermedad que puede llegar a ser mortal para, de esta forma, deshacerse de algo que le hacía sentir mal. El proceso del embarazo tampoco fue fácil. No era una mujer y, por tanto, no asociaba como algo suyo el tener hijos.
Eric tenía miedo de perder a su familia, a su marido, todo lo que hasta entonces había construido. Porque quería transicionar, pero continuar manteniendo su vida. Por suerte, Les Brown, su marido y padre de sus cinco hijos, comprendió la situación en todo momento; quizás, el hecho de haber vivido la transición de su hija, le ha ayudado a comprenderlo todo mucho mejor. "Estoy con la misma persona con la que me casé. Me enamoré de la persona. Era preciosa como mujer, pero es igual de precioso por dentro. Siempre que Eric esté contento con su apariencia, será feliz. Y yo seré feliz", ha declarado Les.
Eric ha confesado que de lo único de lo que realmente se arrepiente es de no haber recibido la educación necesaria sobre lo que implica la transexualidad para, de esta forma, poder haber transicionado antes. No obstante, gracias a eso, tiene cinco "hijos maravillosos, un marido fantástico y una vida genial". Eric y Corey han decidido plantar cara a todo aquel que no comprenda lo que es la transexualidad, que mande mensajes de odio y amenazas. Quieren concienciar a la población y, de esta forma, acabar con la discriminación que sufren las personas transexuales.