El resurgimiento de la extrema derecha en diferentes países europeos y su aterrizaje en los parlamentos nacionales y regionales ha desatado el pánico entre los políticos tradicionales. Tal es así que la nueva ley anti burka aprobada por Austria ha sido aplicada a un joven que iba completamente disfrazado de tiburón.
El ciudadano se encontraba realizando su trabajo de relaciones públicas en las afueras de la tienda Apple McShark de la capital austríaca. Fue entonces cuando aparecieron los agentes de la policía y le requirieron que se descubriera la cara. Sin embargo, al negarse, fue multado con 150 euros aplicándole así la norma que prohíbe ocultar el rostro de cualquiera de las maneras.
Un tiburón multado
El caso de este ciudadano multado por ir disfrazado ha reavivado el debate sobre la inutilidad de una ley que, desde que fue aprobada, ha suscitado el rechazo de la mayoría de la sociedad. Incluso un sindicato de la policía es contraria a la norma debido a que "dificulta el trabajo diario de los agentes".
La agencia de publicidad Warda Network fue la que destapó este caso sobre la mascota de tiburón a través de las redes sociales. "Hoy estuvimos en la apertura de McShark y nuestra mascota tiburón se llevó una multa de la policía de Viena por culpa de la nueva ley contra las caras tapadas. ¡La vida no es fácil!", denunciaba la compañía.
Sin embargo, no ha sido el único ciudadano afectado por la puesta en marcha de esta norma cuya redacción es muy ambigua y permite la libre interpretación de los demandantes. El diario austríaco 'Der Standard' ha informado a la sociedad de que la policía ha parado a un ciclista por taparse la cara con una bufanda. Esto demuestra que la normativa está haciendo que los agentes hagan el ridículo ante la sociedad.
La ley anti burka
Desde que entrara en vigor, muchos ciudadanos son los que piensan que no tiene sentido su aplicación y que vulnera los derechos fundamentales e individuales de todas las personas, así como su libertad religiosa. La policía ha admitido que se trata de una norma difícil de aplicar debido a su ambigüedad.
La ley fue impulsada por el gobierno de los socialdemócratas y conservadores para intentar detener el auge del partido ultraderechista FPÖ. El texto establece que las personas no deben ocultar ni cubrir su rostro con ropa u otros objetos "de manera que no sea reconocible" si se encuentra en un espacio o edificio público. En caso omiso, se estaría "cometiendo una infracción" que conllevaría una multa de hasta 150 euros.
La norma no utiliza las palabras "burka", "niqab" o "Islam" para evitar una confrontación con la comunidad musulmana. Pero la vinculación de la aprobación de esta normativa con el debate que se ha generado en el país sobre los inmigrantes musulmanes queda patente ya que el documento pretende "impulsar la integración mediante el refuerzo de la participación de la coexistencia en la sociedad".
Sin embargo, se permite el uso de cascos de moticiclista, máscaras con un propósito artístico, cultural, deportivo o por cuestiones laborales o sanitarias. Además, el uso de prendas de abrigo en invierno está permitido, algo que contrasta con el supuesto requirimiento por parte de la policía a un ciclista por taparse la cara con una bufanda.