Albert Flick, un hombre de 77 años, ha puesto en evidencia a las instituciones penitenciarias y miembros de seguridad. El hombre, que salió de prisión en 2014 al pensarse que era "demasiado viejo para volver a delinquir", llevaba más de 25 años en la cárcel. Pero, ahora, se ha demostrado que ese criterio fue un error: ha vuelto a sobrepasar la ley matando a una mujer.
Flick estuvo un cuarto de siglo entre rejas por el asesinato de su mujer en 1974, tras asestarle catorce puñaladas delante de su hija. Tras ello, las autoridades consideraron que el hombre, natural de Aubum, en Alabama, "ya no era una amenaza". Lógicamente, se equivocaron con él.
Amor obesivo y reincidente
Flick fue acusado de asesinar a Kimberly Dobbie, una mujer de 48 años frente a sus hijos de once años. El individuo le asestó hasta once puñaladas a sangre fría en varias partes del cuerpo como la espalda, el ventrículo izquierdo de su corazón, una costilla y el pulmón derecho, provocando la muerte de la mujer, a la que ya había echado el ojo. No fue ninguna casualidad. Ella no pasaba por allí.
Y es que Albert Flick estaba obsesionado con la madre de 48 años de edad. La acosó durante varios días hasta que, en ese momento, decidió atacarla. Y es que Flick se enteró de que Dobbie se marcharía de Lewton, lugar donde habitaba, además de ésta rechazar en varias ocasiones las pretensiones románticas del anciano: "Iba a pedirle a Kimberly que se case conmigo este año, pero no puedo, porque ahora está muerta", confesó al agresor ante la justicia.
Flick será finalmente juzgado de manera definitiva en agosto y la sentencia podría dejarle el resto de sus días en una celda. La hija del adulto mayor confesó a la WMTW que el juez que liberó a su padre en 2010 debería explicar a los hijos de Kimberly los motivos por los que su madre ya no está viva: "Los chicos son los que van a vivir con eso. Creo que el juez debería explicarles, decirles, contarles cómo tuvieron que ver cómo mataban a su madre en la calle", dijo.