En el mundo de la medicina podemos encontrar casos de enfermedades, accidentes e incluso muertes muy poco comunes. Uno de los más sonados recientemente ha sido el de un hombre de 61 años residente en Nueva York. Su muerte se produjo hace 3 años, a raíz de una extraña enfermedad degenerativa y, por fin, se ha logrado desvelar cuáles han sido las causas, que han sido expuestas en un congreso celebrado en San Francisco dedicado a las enfermedades infecciosas, tal y como recoge la revista Live Science.
Lo que le llevó a la muerte fue la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, que es degenerativa y muy rara de encontrar: ocurre en 1 caso entre 1 millón de personas al año. El hombre acudió en 2015 al hospital tras ver que sufría diferentes e incapacitantes síntomas, como dificultades para andar y pérdida de capacidades cognitivas, a lo que se sumaba dificultad para pensar y para mantener el contacto con la realidad. La mujer había reconocido que él era aficionado a la caza y eso fue determinante: tres años después, los expertos han reconocido que el origen de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob parte de comerse el cerebro de una ardilla. Lo que no se sabe es sise produjo intencionalmente, o si ingirió parte del tejido cerebral tras mezclarse con el resto del cuerpo.
Cocinar y comer sesos no es la práctica más rara, lo que sí resulta extraño es comer los de una ardilla, y lo mismo ocurre si es de otro animal sin que esto haya pasado por unos controles que permitan su consumo. Pero, ¿por qué los cerebros de las ardillas le generaron a este cazador una enfermedad degenerativa?
El origen de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob
Lo que le generó la enfermedad, también conocida como ECJ, fue el contacto con una proteína llamada prión, que se encuentra plegada de manera anormal. Ésta hace que otras proteínas normales también se plieguen de manera alterada, provocando fallos en su funcionamiento. Así, se va dando una cadena de procesos que terminan por provocar un funcionamiento también anormal del cerebro humano.
La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob o ECJ se relaciona con otras, como la Encefalopatía espongiforme bovina, más conocida como la enfermedad de las 'vacas locas'. Entre sus síntomas, de tipo neurológico, se encuentran problemas de memoria, cambios de personalidad, y problemas de coordinación muscular, visión borrosa, alucinaciones, espasmos, trastornos del sueño y dificultad para hablar. Con el tiempo se va agravando, hasta llegar a la muerte del paciente.