Un nuevo caso de violencia doméstica ha estremecido Inglaterra. Los cuerpos de una niña de seis años, de su padre de 44 años y de los dos perros de la familia fueron encontrados en su casa por la madre, Nikki, a su vuelta del trabajo. La pequeña Keziah fue inmediatamente trasladada al hospital, pero los médicos no pudieron hacer nada por salvar su vida.
La principal hipótesis que baraja la policía de la Isla de Wight, al sur de Inglaterra, es que Darren, el padre de la niña, la asesinó y después se suicidó. El hombre fue encontrado ahorcado, y su muerte no está siendo considerada como sospechosa por parte de la policía. La muerte de la niña, sin embargo, está siendo tratada como un homicidio y todo parece indicar que su padre la ahogó en la bañera.
Todo apunta a que se trata de una venganza del padre de la niña contra su madre. Se encontraban en un proceso de separación que había comenzado recientemente. El padre ya no vivía con su mujer y su hija. El hombre había publicado varios estados en su Facebook hablando sobre su sufrimiento a causa de la ruptura sentimental. Además parece que el presunto asesino mandó un mensaje a su mujer en el que la avisaba de que le iba a dejar algo para que lo recordase siempre justo antes del crimen.
La madre está destrozada por la muerte de su hija: "Mi mundo se ha terminado. No me queda nada, mi vida entera era ella, era mi única oportunidad de tener un hijo. Hice todo lo posible para hacerla feliz y no tengo nada".
Alrededor de doscientas personas se reunieron en torno a la casa de Keziah para rendir homenaje a una niña alegre cuyo sueño era parecerse a Frozen, la princesa Disney. En la puerta de su vivienda se han depositado flores, peluches y decenas de mensajes que expresan el dolor de todos aquellos que conocían a la niña.