Juan Pedro Franco, mexicano de origen, se alzó en 2016 con el Récord Guinness al hombre más obeso del mundo con un total de 595 kilos. Un peso que irradia locura y un riesgo para su salud que no tiene parangón. Por eso, Juan Pedro decidió rebajarlo para empezar a llevar una vida normal y más saludable.
La ambición del que fue el hombre más obeso del mundo le llevó a realizarse dos operaciones quirúrgicas para adelgazar; de hecho, de esos 595 kilos ha pasado a los 304 kilos (una pérdida de peso del 49% en dos años). Un comienzo prometedor, pero insuficiente para él. Ya que él se ha marcado el objetivo de bajar hasta los 150 kilos.
Objetivo: 150 kilos
Los avances con esas dos operaciones -que fueron todo un éxito-, ya son más que evidentes. Juan Pedro ya se puede levantar de la cama y caminar con cierta dificultad. Su lucha por lograr una vida más saludable no para en esos 304 kilos, ya que siguen conllevando mucho peligro. Para seguir logrando su objetivo Franco ha tenido que bajar la dosis de los medicamentos que tratan sus problemas de diabetes, de hipertensión arterial y su enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Un largo camino en el que se ha sometido a una nueva tercera operación para colocarle una banda gástrica. José Antonio Castañeda, el cirujano y doctor que lleva su evolución, explica en El Universal que este proceso no estaba previsto en el plan de adelgazamiento, pero lo encuentra capital para conseguir esa meta de los 150 kilos.
El propio doctor señala el gran éxito que han tenido las distintas operaciones a las que se ha sometido Juan Pedro y su posterior evolución. "Juan Pedro estuvo postrado en cama durante 10 años y ahora puede levantarse y moverse por sí mismo, bañarse solo y respirar sin tener que recurrir a un tanque de oxígeno".