Kevon Watkins, un joven de 18 años residente en Estados Unidos, ha sido condendado a cadena perpetua por estrangular a su hermana hasta la muerte.
Tal y como ha declarado la madre del acusado, los hechos ocurrieron el 2 de febrero de 2018, cuando el joven regresó a casa de la escuela y, en un arranque de ira, decidió cambiar la contraseña del WiFi para que únicamente él pudiera tener acceso.
Uno de los hermanos de Kevon Watkins decidió explicar lo sucedido a su madre, que comenzó una fuerte discusión con el ahora responsable de asesinato. Ante la gravedad de la situación, la víctima, Alexus Watkins, quiso intervenir por temor a que su hermano llegara a agredir a su madre.
Durante el transcurso de la discusión, Kevin se comportó de forma violenta, según afirman ahora los testigos. Finalmente,el adolescente agarró a su hermana del cuello y la estranguló hasta que se quedó sin oxígeno.
Culpable de asesinato, no de homicidio involuntario
La madre del detenido pidió ayuda a la policía, que llegó a tiempo y logró que Watkins soltara a su hermana y esta pudiera ser trasladada al hospital. Sin embargo, una vez en el centro médico, la joven falleció debido a las secuelas que le había provocado el tiempo que permaneció sin oxígeno.
"Nunca tuve intención de matarla" ha asegurado Kevon en el juicio. Sin embargo, la sentencia le considera culpable por asesinato, ya que según afirmó la jueza del Tribunal Superior del Condado de Bibb, para que el caso se considerase homicidio involuntario, Watkins "tendría que haber parado en esos 10 minutos que tardó la policía en aparecer".
Ahora, la misma jueza ha dictado una pena de cadena perpetua para el joven quien, además, considera en el auto que "debería haber recibido herramientas para hacer frente a su ira".