Toño Piñeiro, el hombre que encontró 9 millones de pesetas en un bote de Nesquik sin posibilidad de cambiarlas porque el Banco de España ya no permite tal posibilidad, ya ha encontrado una solución a su sorprendente hallazgo.
Según publica Diario de Pontevedra, el diseñador Pepe Cruz se ha mostrado interesado en hacerse con una parte de los billetes hallados en su vivienda, en la localidad de A Pousada, en Sober (Lugo). El artista se ha mostrado interesado en seis modelos de la serie de billetes de 200, 500, 1.000, 2.000, 5.000 y 10.000 pesetas que el Banco de España puso en circulación entre 1979 y 1985, ya que fue su padre, José María Cruz Novillo, el encargado de diseñarlos.
"Mi padre le había comprado al Banco de España billetes de la primera hornada, pero gran parte nos los robaron a principios de los 90 y otros se fueron deteriorando por la humedad", ha afirmado Pepe en declaraciones al citado medio.
El diseñador ha explicado que tiene intención de recuperar estos billetes "a modo de fondo de archivo de nuestro estudio", una muestra del que probablemente haya sido "el trabajo más reproducido" de todos los elaborados por su padre.
Compra de ejemplares
Pepe Cruz asegura que compra "recurrentemente" productos con logotipos diseñados por su estudio, incluso "por Wallapop". En cuanto a los billetes, explica, ha ido adquiriendo algún ejemplar suelto durante los últimos años "porque hasta hace un año, cuando el Banco de España dejó de transformarlos a euros, no era demasiado fácil encontrarlos, debido a que la gente los cambiaba".
Asegura que ahora también pretende ampliar sus fondos con algunos de los billetes encontrados por Toño Piñeiro en Sober. Se trata de un caso descubierto por el artículo El Progreso y que reconoce que le ha "interesado".