Lorenzo Arline es el hombre que ha sido condenado a 150 años de cárcel en EE.UU. por haber violado a sus dos hijastras durante diez años. Fruto de estas violaciones con violencia las jóvenes habían quedado embarazadas y entre las dos tuvieron ocho hijos. El hombre de 43 años de Brooklyn ya había pasado por la cárcel años atrás cuando fue condenado por homicidio en Florida, pero salió de prisión en el año 2005.
Tras la salida de Arline de prisión conoció a una mujer con la que logró mudarse a su domicilio junto a las dos hijas de esta. Desgraciadamente, la mujer fue hospitalizada tras sufrir un derrame cerebral durante meses. Fue entonces cuando las niñas, en aquel entonces de 14 y 12 años de edad, perdieron la protección de su madre y Arline comenzó sus abusos.
Las violaciones empezaron con la hija mayor y más tarde la pequeña también las sufrió. Además de las violaciones, sufrían agresiones físicas, amenazas y tenían prohibido salir de casa sin su permiso. Tras años de violaciones y abusos las niñas quedaron embarazadas repetidas veces llegando a dar a luz hasta a ocho criaturas, cinco de ellas de la hermana mayor y tres de la pequeña.
El calvario de las jóvenes se alargó durante años, hasta que en el año 2015 la hermana mayor reunió valor necesario para informar al personal del colegio donde estudiaba uno de sus hijos y de este modo el violador fuese arrestado. Fueron diez años el tiempo que pasó hasta que tras una nueva agresión física que le ocasionó la ruptura de un diente desveló el horrible abuso que habían sufrido las dos hermanas.
150 años de prisión por siete cargos de violación
Tras las pruebas desveladas y las declaraciones de las victimas el juez Kenneth Holder ha dictado sentencia de una pena de 150 años de cárcel para Arline tras ser declarado culpable de seis cargos de violación en primer grado y uno en segundo grado. El fiscal que se ha ocupado del caso se mostraba satisfecho por la condena declarando que "la sentencia concluye un caso increíble de abuso sexual". Sin embargo, Richard Brown también se mostraba triste por haber sido testigos de una atrocidad así de "manos de alguien que debería haber estado cuidando y protegiendo a estas jóvenes. Debe pasar el resto de su vida tras las rejas".
Las jóvenes, que aún sufren secuelas del abuso durante tantos años, se mostraron aliviadas por la sentencia. Según sus palabras, su padrastro "es un demonio viviente. Tengo que mirar a mis hijos a los ojos y recordar todos los días lo que él me hizo pasar". Desgraciadamente este tipo de casos siguen sucediendo en la actualidad y no siempre son castigados, sin embargo, es trabajo de la sociedad cambiar la mentalidad para que este tipo de crímenes atroces no se repitan.