La pandemia del coronavirus ha dado lugar a multitud de bulos. En torno a ella han proliferado todo tipo de teorías alocadas promovidas, en muchos casos, por los negacionistas y antivacunas, que consideran que todo se trata de un plan de dominación global orquestado por Bill Gates, según el cual nos quieren instalar microchips para controlarnos inoculándonos a través de la vacuna.
También han surgido bulos sobre supuestos remedios para combatir la Covid-19. Desde la influencia británica Tracy Kiss, que recomendó beber batidos de semen; hasta el mismísimo Donald Trump, que en mitad de una rueda de prensa llegó a sugerir que la pandemia se podría combatir inyectándose desinfectante.
La última muestra de este tipo de disparates la ha protagonizado un hombre de Reino Unido, que ha estado a punto de perder la vida después de beberse cinco litros de agua al día en un intento por curar sus síntomas de coronavirus.
Luke Williamson, de 34 años, de Patchway, Bristol, creyó que había contraído el coronavirus y, ante su malestar, los médicos le recomendaron beber muchos líquidos, algo que él se tomó al pie de la letra llevándolo al extremo y en el proceso eliminó casi todo el sodio natural de su cuerpo, por lo que a punto estuvo de fallecer.
Williamson, un funcionario público, ingirió el doble de la cantidad diaria de agua recomendada. Ello le provocó una hidratación excesiva que causa la llamada hiponatremia (literalmente 'bajo en sal'), también conocida como intoxicación por agua, un trastorno electrolítico que significa que los niveles de sodio en plasma se volvieron peligrosamente bajos, provocándole un desvanecimiento una noche mientras estaba en el baño.
Su mujer lo encontró en el baño y pudo auxiliarle, por lo que fue rápidamente trasladado al hospital, donde permaneció tres días en la Unidad de Cuidados Intensivos conectado a un respirador. Por suerte, pudo recuperarse.
Peligroso para la salud
El agua, al igual que cualquier otra sustancia, es muy perjudicial se se consume en exceso en un breve período de tiempo. Cuando los electrolitos se desequilibran, los sistemas del cuerpo comienzan a fallar. El agua puede ir desde el espacio intersticial al intracelular, diluirse en la sangre y hacer que los tejidos se hinchen. Pero el cerebro no puede hincharse dentro del cráneo y la presión puede aumentar hasta un nivel peligroso, pudiendo provocar un edema cerebral.