Hay personas que, al verse y sentirse discriminadas, optan por agachar la cabeza y correr un tupido velo. Hacer como si no pasara nada es, en ocasiones, su mejor solución. Porque de esta forma pueden olvidar ese momento, pasar página y continuar con su vida. No obstante, Ketan Aggarwal, un inglés de treinta años, no es para nada así. Él se sintió discriminado por su condición médica, y decidió estudiar leyes por su propia cuenta para poder demostrar que, efectivamente, lo que había sufrido era discriminación.
Aggarwal nació con autismo, un trastorno neurológico que forma parte de un grupo de trastornos denominados como trastornos del espectro autista. Según la asociación Autismo Speaks, "el autismo daña la capacidad de una persona para comunicarse y relacionarse con otros. También, está asociado con rutinas y comportamientos repetitivos, tales como arreglar objetos obsesivamente o seguir rutinas muy específicas. Los síntomas pueden oscilar desde leves hasta muy severos". No obstante, el autismo no impide a las personas el llevar una vida normal, siempre y cuando se reciba un tratamiento adecuado.
En 2015, hace ya dos años, Aggarwal se encontraba en un gimnasio, dando una clase donde la música era el eje principal para seguir la actividad física. En ese momento, tanto Aggarwal como otro compañero suyo indicaron que la música estaba siendo demasiado lenta, y no se correspondía bien con la actividad realizada. El instructor de ese gimnasio, que formaba parte de la cadena Virgin Active, no respondió muy bien a las críticas, y le gritó a Aggarwal que no le dijera cómo hacer su trabajo. Pero al instructor no le bastó con eso, sino que también comenzó a atacar directamente a Aggarwal.
Delante de más de treinta personas, llegó a llamarle "estúpido" en dos ocasiones. Puede que haya quien vea esto un hecho cualquiera, algo sin importancia, pero hemos de aclarar entonces el significado de "estúpido". Según el Diccionario de la Real Academia Española, estúpido significa "necio, falto de inteligencia". Denominar así a una persona que no es neurotípica no solo es una grave falta de respeto, sino que también es una discriminación en toda regla. Según el ABC, Aggarwal contó que el instructor "empezó a gritar a través de la habitación y me dijo que mi opinión era mierda en medio de una clase". "Me quedé quieto, pero me hizo sentir horrible. Solo estaba de acuerdo con alguien más. Creo que esto es debido a mi autismo".
Pese a que el hombre se quejó en el momento al gimnasio, nada pudo hacer para demostrar que, efectivamente, estaban ante un caso de discriminación. Mas en lugar de quedarse de brazos cruzados, decidió comenzar a aprender leyes por su propia cuenta para demostrar no solo que el llamarle estúpido era discriminatorio, sino también que no era eso que le habían llamado.
Aggarwal no sabía nada de leyes anteriormente
Ketan Aggarwal quiso actuar por su propia cuenta. En ese momento, él no sabía nada de leyes; jamás había tenido que defenderse, jamás había tenido que hacer nada por el estilo. Fue entonces cuando decidió ir a una biblioteca, y pasar horas y horas estudiando artículos sobre discriminación, y sobre cómo la Justicia trataba estos casos. El esfuerzo acabó teniendo sus frutos, y el joven presentó la demanda ante la Corte del Condado de Uxbridge.
Una vez presentada, y una vez que el gimnasio recibió toda la información necesaria, el instructor fue despedido de forma inmediata. Además, Virgin Active se ofreció a indemnizar a Aggarwal si este no llevaba el caso a los Tribunales, algo que él rechazó; lo que buscaba no era una indemnización económica, sino poder demostrar que había sufrido un trato discriminatorio.
Por supuesto, Aggarwal argumentó él mismo su propio caso, y la Corte del Condado de Uxbridge dictaminó que tenía razón. Se le exigió al gimnasio que le pagara 1.200 libras al hombre de forma compensatoria y, además, que se disculparan y revisaran su procedimiento a la hora de formar a sus profesionales. Aggarwal se mostró muy contento con el resultado: "Me llamó estúpido dos veces. Llamar a alguien con una discapacidad mental estúpido es similar a burlarse de un chico en silla de ruedas. Si yo fuera tan estúpido, no habría sido capaz de perseguir con éxito la demanda contra un abogado de una compañía de mil millones de libras. No soy un profesional legal y tuve que hacer una gran cantidad de papeleo. Sin embargo, valió la pena".
Así, con perseverancia y con fuerza, el joven ha conseguido demostrar no solo que no se equivocaba, sino también que no es ningún estúpido.