Una pareja ha denunciado una brutal agresión homófoba en el barrio de Montealto de A Coruña. Las víctimas son Marcos Fernández, natural de la localidad y Alexander Docherty, alemán. Según relatan, un hombre de unos treinta años les golpeó reiteradamente con "una porra extensible" al grito de: "Maricones, maricones".
La pareja había salido de un bar cercano al domicilio de Fernández, alrededor de las tres de la madrigada,. cuando un hombre al que adelantaron caminando por la acera se encaró a ellos, de repente, lanzando gritos contra ellos.
Según relata en su testimonio al diario 20 minutos, la agresión se produjo en las inmediaciones de su vivienda. El señor comenzó a gritar a la pareja la palabra 'maricones', cuando Marcos Fernández le respondió: "¿Qué te pasa?". Fue en ese momento, según su relato, cuando sacó una porra extensible y empezó a golpearles. El marido de Fernández intercedió, lo que no impidió que Marcos sufriera varias contusiones y su pareja varios golpes más fuertes en el codo, e incluso plantea una posible fisura.
La Policía Nacional se personó rápidamente en el lugar de los hechos después de que varios testigos de la agresión avisaran al 091 de lo sucedido. Cuando vieron a los agentes, el agresor dejó de pegarles inmediatamente, ha explicado Fernández. Allí fue identificado, al igual que uno de los testigos, según consta en el atestado policial.
El agresor no fue detenido
La pareja se dirigió al día siguiente a la comisaría de la Policía Nacional para denunciar los hechos, así como remitir el escrito al Observatorio Coruñés contra la LGTBIfobia. Marcos se cuestiona el motivo por el que el agresor no fue detenido y espera que, al menos, le hayan requisado la porra con la que propinó los golpes.
Como no hubo conversación previa con el hombre que le agredió, tiene claro el motivo por el que se produjo esta agresión: su orientación sexual. Se trata de un caso de homofobia. Fernández achaca todo a que tiene "pinta de marica, pero no hace falta que me pegues por eso", según sus palabras textuales.
Ahora, la pareja espera un juicio rápido que permita volver a Berlín, que es donde residen, aunque están dispuestos a volver a Galicia si tienen que estar presentes en el juzgado por un delito de odio contra su orientación sexual.
El observatorio gallego incorporó 48 denuncias en su memoria anual de 2020. La mayoría, un 47,9%, fueron situaciones de acoso, el 20% fueron agresiones verbales y un 16,7% fueron agresiones físicas y verbales a la vez.
Los ataques se cerraron en muchas ocasiones sin consecuencias para los agresores, según denuncian desde el colectivo. Además, el observatorio ha constatado que las agresiones vienen acompañadas de insultos, la mayoría en la vía pública. Sin embargo, las redes sociales se han convertido en el lugar más agresivo para el colectivo, por delante de otros entornos como los domicilios, la escuela o el trabajo.