Jacques Rouschop, un ladrón profesional de 44 años residente en Ottawa (Canadá), está acusado de asfixiar a dos mujeres hasta que perdieron el conocimiento para después violarlas en el año 2013. Las mujeres, ambas dedicadas a la prostitución, contaron en el juicio cómo Rouschop las atacó, agrediéndolas sexualmente y asfixiándolas con sus propias manos, informa Ottawa Citizen.
Sin embargo, su abogada, Natasha Calvinho, afirma que es imposible que Rouschop, apodado 'Porkchop' ('Chuleta de Cerdo'), pudiera llevar a cabo estos terribles actos, debido a limitaciones físicas que procedió a describir en el juicio: tiene una hernia de 8,9cm x 8,2cm. Esto, unido a su gran peso (180kg, según su abogada, pero esto no ha podido ser confirmado ya que las básculas donde se realizó el reconocimiento médico no medían un peso superior a 145kg), habrían hecho muy doloroso el acto de violar a las mujeres. Para más inri, la abogada también sacó a relucir el pequeño tamaño de su pene (5 centímetros en erección) como una razón más para explicar que habría sido imposible para él hacer aquello de lo que le acusaban.
La abogada de Rouschop no se sacó estos datos de la manga, sino que presentó como testigo de la defensa a la enfermera que le realizó el reconocimiento médico, que confirmó la gran masa corporal del acusado y aportó además datos como la circunferencia de su abdomen (1,67 metros).
Calvinho reconoció que Rouchop había solicitado los servicios de prostitutas, explicándolo así: "Pese a su falta de atractivo físico, tiene necesidades, necesidades sexuales. Y recurrió a los servicios de trabajadoras del sexo". Las dolorosas palabras de la abogada trataban de inspirar pena en el jurado (compuesto por seis hombres y seis mujeres). La letrada fue más allá afirmando que "no es un hombre perfecto" refiriéndose a las cuatro décadas de historial criminal de Rouschop, y dijo que le importaban las prostitutas, que les compraba comida y "las ayudaba como podía".
Rouschop, por su parte, afirma que la policía ha iniciado una "caza de brujas" contra él al no haber podido resolver el caso del homicidio de la prostituta Amy Paul, y que ha sido muy insistente para que las otras dos mujeres testificaran en su contra. El juicio todavía sigue en curso.