El británico Liam Griffiths, un hombre de 31 años de Middlesbrough, ha explicado cómo afrontó su diagnóstico cuando acudió a la consulta de un especialista después de encontrarse mal durante meses y evitar acudir a un especialista.
"El peor error de mi vida", ha relatado. Cuando finalmente acudió al especialista fue cuando ya no podía más. En ese momento, fue diagnosticado de cáncer terminal, puesto que la patología se había extendido.
El hombre, de 31 años, trabajador de una plataforma petrolífera y muy deportista, comenzó a sentirse muy cansado, encadenar constipados, sufrir calambres y náuseas. Pero, ha explicado, ignoró estos síntomas y decidió hacerse, ha explicado literalmente, "el machito", porque pensó que no era algo suficiente como para acudir a un médico, puesto que se curaría solo.
Diagnóstico
Cuando finalmente acudió a un especialista, fue diagnosticado de la enfermedad de Crohn y carcinomatosos peritoneo, un tipo de cáncer muy agresivo con un pronóstico de supervivencia muy bajo.
Los médicos decidieron en ese momento apostar por operarle, pero no lograron reducir la incidencia de su enfermedad y le explicaron entonces que se encontraba en estado terminal.
Ahora, ha contado su historia para que advertir sobre las consecuencias de un error similar. "Si hubiera ido al médico probablemente lo habrían cogido a tiempo", ha afirmado en declaraciones al diario británico Daily Mail.
Los doctores le han pedido no centrase en pronósticos de esperanza de vida: "Mi madre quiere hacer un viaje en tren, queremos crear recuerdos juntos antes de que tenga que irme", ha afirmado.
"Era el tío más sano del mundo. Entrenaba todos los días y ahora ni siquiera puedo subir las escaleras sin ahogarme", ha explicado, que ahora afirma sentirse "mentalmente agotado".
