"Me siento sucia". Con estas duras palabras, una azafata de la aerolínea EVA Air, ha contado cómo un pasajero le forzó a limpiarle el trasero en una loca, surrealista y escatológica escena que pasará a la historia. El protagonista: un hombre estadounidense de piel blanca y con un peso de 200 kilos que gimió de placer durante todo el vuelo entre Estados Unidos y el país asiático.
Los hechos se registraron dos horas y media después del despegue. Fue entonces cuando el hombre abordó con su silla de ruedas a una de las empleadas, le pidió sentarse en un lugar con tres butacas anexas vacías y le exigió utilizar los servicios de la primera clase, ya que aseguraba que su situación (supuestamente tiene problemas de movilidad) le impide utilizar las instalaciones de clase turista.
La azafata, junto a otros tres empleados, le acompañaron al lugar y le acomodaron para que pudiera hacer sus necesidades. Sin embargo, un minuto después, presionó el botón de llamada. Fue entonces cuando la osada azafata, identificada solo con el nombre de Kuo, accedió al interior y se encontró al susodicho enseñando sus genitales, con la ropa interior aún colocada en la zona posterior, con la pierna extendida y pidiendo ayuda porque presentaba una lesión en la mano derecha.
Ante la surrealista escena, la mujer y varios miembros del pasaje intentaron cerrar la puerta, pero no lo consiguieron: el hombre se estaba quejando de que padecía claustrofobia y se agobiaba en un cuarto de esas dimensiones.
Finalmente, tras taparlo con una manta y ante la amenaza de 'aliviarse' contra el suelo de la aeronave, el personal accedió a desnudarlo en una escena que, seguramente, rezarán por olvidar cuanto antes.
Tuvieron que limpiarle el 'culo' en tres ocasiones
Después de haber acomodado a nuestro protagonista, haber bajado su ropa interior y permitirle que 'se aliviase' en un baño de primera clase con la puerta entreabierta, aún faltaba lo gordo: 15 minutos después dijo que había terminado, el personal llegó y el hombre espetó: "Ya he acabado, puedes limpiarme el trasero".
La azafata, que no podía creer lo que estaba presenciando, decidió negarse a limpiar el culo del viajero, a lo que él rebatió: se lo habían prometido y, si no lo cumplían, se quedaría sentado en el WC durante el resto del vuelo. Por ello, Kuo cubrió su cuerpo con una manta, cogió tres guantes quirúrgicos que puso sobre su mano y se dispuso a limpiar el 'asunto'.
A la situación, que ya era exageradamente incómoda, se sumó la reacción del hombre: comenzar a gemir a viva voz 'perlas' del estilo: "Oh, mmmm, más profundo, más profundo". Después del trauma, el protagonista no se cortó: les acusó de no hacer su trabajo correctamente y les pidió iniciarlo de nuevo.
Lejos de negarse, el personal tuvo que repetir la acción en hasta tres ocasiones, para deleite de nuestro protagonista. Ahora, en mitad de la polémica, la aerolínea EVA Air asegura que no obliga a su personal a cumplir todas las demandas de los clientes.
El olor permaneció durante todo el viaje y la azafata terminó vomitando
Como relataron en la rueda de prensa situada sobre estas líneas, junto con el trauma del personal, el resto de viajeros también tuvieron la oportunidad de presenciar la escena de sus vidas. Un último dato: para culminar toda esta serie de giros dramáticos, la azafata terminó vomitando en el mismo cubículo cuando el hombre abandonó las instalaciones.
La empleada, que ha sido identificada simplemente con el nombre de Kuo, ha ofrecido una rueda de prensa para explicar la dura experiencia que ha tenido que vivir y para reclamar, junto a varios compañeros del Sindicato de Asistentes de Vuelo, que no se contrate a mujeres en exclusiva para asistir los baños de cada vuelo.