La vida de Tania Varela bien podría dar para escribir una o varias novelas. Cuando acaba de cumplir 44 años, y ha pasado una década desde su desaparición, Varela sigue ostentando el 'privilegio' de ser la única mujer que aparece entre las 60 personas más buscadas por la Europol. Hasta 2004, la vida de esta abogada gallega era intachable. Fue entonces cuando conoció a David Pérez Lago, y todo cambió.
Primeros contactos con el narcotráfico
Tania Varela trabajaba en el Centro de Información a la Mujer, en Cambados (Pontevedra), cuando conoció a David Pérez Lago, hijastro del capo de la droga de los 90 Laureano Oubiña. En 2005, meses más tarde de su primer contacto, la abogada comenzaría a asesorar a Pérez Lago, a la vez que se inicia entre ellos una relación sentimental.
Ese mismo año, Varela entra de lleno en los negocios del narcotráfico de su pareja. Y no solo eso, sino que se convierte en una de las cabecillas del clan, en la que era además una etapa exitosa para Pérez Lago y los suyos.
Pero todo acaba en algún momento, y Varela y su novio bajaron de la nube en la que estaban en 2006, cuando fueron detenidos. El motivo: la incautación de una lancha en la playa de A Barda (A Coruña) con más de 2.000 kilos de cocaína que su organización intentaba meter en territorio español.
Salió de la cárcel gracias a su abogado, con quien inició una relación
El fiscal acusó a Tania Varela de ser quien había ideado el plan de la lancha, algo que la abogada negó una y otra vez. De hecho, Tania nunca quiso llegar a un acuerdo con el juez porque estaba convencida de su inocencia, y de que no tendrían pruebas para inculparla.
Es entonces cuando Pérez Lago, Varela y otros doce encausados en la operación Roble contratan a Alfonso Díaz Moñux, abogado conocido por defender anumerosos narcotraficantes en los 90, entre ellos el capo gallego Sito Miñanco, o a un policía acusado de tráfico de drogas en Asturias por el caso 'Pípol'.
Díaz Moñux consigue que Tania salga en libertad provisional tras dos meses en prisión a la espera de juicio. Finalmente, fue condenada a siete años por la Audiencia Nacional por tráfico de estupefacientes y pertenencia a una organización criminal, aunque el abogado recurrió ante el Tribunal Supremo.
Durante todo este proceso, Varela se había trasladado a Madrid para preparar su defensa y había comenzado una relación sentimental con su abogado, Díaz Moñux, quien le reservó un sitio en su bufete. Mientras, Pérez Lago permanecía en la cárcel.
Un trágico desenlace y un sinfín de cuestiones sin resolver
Eran tiempos de estabilidad para Varela y Díaz Moñux, aunque todo se fue torciendo con el paso del tiempo. Llegados a 2008, nos encontramos a un Díaz Moñux que acudía frecuentemente a los tribunales a denunciar que estaba recibiendo amenazas de muerte. Él sospechaba que eran del clan de Pérez Lago, aunque nunca pudo demostrarlo.
El 18 de diciembre de 2008, la pareja de abogados regresaba a su domicilio cuando, en el garaje, Díaz Moñux fue abatido a tiros. Uno en la mandíbula y otro en el cerebro bastaron para que los servicios médicos nada pudieran hacer cuando llegaron a la escena del crimen.
En ella no estaba ya Tania Varela. La novia de Díaz Moñux salió sorprendemente ilesa, sin un solo rasguño, como indicó la posterior investigación policial. Fue citada a declarar como testigo en el juicio, pero no apareció. Finalmente se acusó a cuatro hombres de entre 28 y 51 años de perpretrar el asesinato, aunque todavía hoy, diez años después, se desconocé quién dio la orden.
Más tarde, el Tribunal Supremo rechazó al fin el recurso que habían presentado Díaz Moñux y Tania Varela años atrás, por lo que la gallega debía ingresar en prisión en enero de 2013. Efectivamente, no lo hizo.
En este punto de la trama, la policía decidió emitir una orden de búsqueda internacional e incluir su nombre en el listado de la Europol. La búsqueda fue perdiendo fuerza a medida que las pruebas sobre su paradero eran cada vez menos claras. Se habló de Islandia, y ahora de Centroamérica, donde la policía sospecha que podría vivir con la ayuda del clan de Pérez Lago.
En ese caso, quién sabe si podría haber tenido algún tipo de responsabilidad en el asesinato de Díaz Moñux, o si simplemente fue víctima de un ajuste de cuentas entre clanes del narco (no se descarta que fuera otra organización quien asesinara al abogado). Un mar de dudas con una sola certeza: Tania Varela sigue estando libre.