'El ángel de la muerte' -o 'The good nurse' según su título en inglés- se ha posicionado en el número uno de las tendencias de Netflix. La película se basa en la historia real de Charles Cullen, un enfermero que fue declarado culpable de asesinar a 29 personas.
Protagonizada por Eddie Redmayne y Jessica Chastain, muestra una parte de lo que ocurrió en este terrible caso. Por una parte en la película tenemos el personaje de Amy Loughren, una mujer que debe conservar su trabajo en un hospital hasta cumplir un año de contrato para poder tener acceso a un seguro médico que le permita retirarse ya que padece una enfermedad cardíaca. Por otra, Charles Cullen que trabaja como enfermero en el mismo hospital que Loughren.
Cullen empieza a ser sospechoso de muertes inexplicables en el hospital donde ambos trabajan y es Loughren quien consigue que confiese algunos de sus crímenes.
La historia que hay detrás
Si solo ver la película ya nos parecía escalofriante, cuando hemos descubierto la historia completa nos hemos quedado helados... y es que las autoridades encargadas del caso creen que podría haber acabado con la vida de hasta 400 personas.
Cullen asesinaba a los pacientes administrando fármacos vía intravenosa como insulina y diagoxina. Algunas de ellas incluso estaban "listas para ser dadas de alta cuando Cullen les inyectó las drogas que las matarían", aseguran.
Tras su detención, el estadounidense fue enseguida apodado por los medios como 'El ángel de la muerte'. Sin embargo, no era en apariencia un monstruo, sino un marido y un padre querido, y un profesional respetado por sus compañeros del hospital.
"En el transcurso de dieciséis años, Charles Cullen había recibido docenas de reclamaciones y sanciones disciplinarias, y había sido el blanco de cuatro investigaciones policiacas, dos pruebas con detector de mentiras, tal vez unos veinte intentos de suicidio y un encarcelamiento breve, nada de lo cual manchó su expediente profesional", cuenta el periodista Charles Graeber en su libro 'El ángel de la muerte' (Península).
Charles Cullen actualmente cumple 18 cadenas perpetuas consecutivas en la prisión estatal de Nueva Jersey y no es elegible para la libertad condicional hasta el 2403. Además, ha tenido que pagar 96 millones de dólares a 8 familias. Amy Loughren, por su parte, vive en Florida con sus hijos y nietos y ahora es maestra de Reiki e instructora de meditación.