Mucho ha tenido que evolucionar la ropa interior femenina a lo largo de la Historia hasta que Bridget Jones consiguiera ponerse su famosa bragafaja, desde que la introdujeran los hombres hasta que obligaran por ley a las bailarinas y prostitutas del París del siglo XIX a llevarlas puestas. Hemos acudido al taller de Yolanda Andrés en el barrio madrileño de Lavapiés para descubrir la historia de esta prenda sin la que hoy muchas mujeres no se imaginan su vida cotidiana.
Los 'hombres bragados' eran hombres valientes
"La braga como tal no existía antiguamente, las mujeres no llevaban nada puesto. Era una cosa masculina. Se supone que la primera prenda íntima que apareció fue el taparrabos", empieza contándonos Yolanda, remontándose al periodo de los celtas, "después los romanos lo impondrían en su Imperio y se extendería por toda Europa". De hecho, la expresión de 'ser un hombre bragado' es una reminiscencia de la época, así como la palabra 'bragueta', que todavía hoy se sigue utilizando. "Los 'hombres bragados' eran hombres valientes, aunque también se denominaban 'hombres bien bragados' a los que escondían algo grande", nos comenta entre risas.
"Esta prenda tendría un largo recorrido por la Edad Media, pero siempre entre los hombres y sin ser ajustada al cuerpo. En la época era algo antihigiénico". De esta época también serían los cinturones de castidad, una especie de bragas metálicas con cerradura cuya llave se llevarían los maridos a las Cruzadas o los padres pondrían a sus hijas para que llegasen vírgenes al matrimonio. Estos cinturones tendrían unos orificios para que las mujeres pudiesen hacer pis, pero alrededor habría unas puntas afiladas que impidiesen las relaciones sexuales. "Muchos historiadores dicen que eso sería imposible porque provocaría muchas infecciones a las mujeres", desmiente Yolanda.
"Las mujeres durante todo este tiempo utilizaban camisones abiertos para poder ir al baño fácilmente, o pololos, que llegaban hasta la rodilla pero seguían siendo sueltos". Entonces, ¿cómo llegamos hasta las bragas tal y como las conocemos hoy en día? "Los pololos fueron acortándose en función de las modas de la época, pero se supone que la bragafaja tal y como la conocemos hoy en día con Bridget Jones apareció en los felices años 20", nos cuenta Yolanda. Así pues, las mujeres tuvieron que esperar hasta la época del can-can para que se empezasen a diseñar prendar íntimas acordes a sus necesidades.
Muchos historiadores dicen que sería imposible que hubiera cinturones de castidad
"Las chicas empezaron a estilizar la figura y se acortaron mucho las faldas, resaltando esas cinturitas de avispa que tenían ellas", nos cuenta entre hilos en su madrileño taller de bordado. Alrededor del año 1800 había surgido en París una insólita ley que obligaba a las prostitutas a utilizar bragas, seguramente por cuestiones de higiene. Las bailarinas también estaban obligadas para no enseñar más de la cuenta a sus espectadores, una norma a la que también se acogieron mujeres de más alta clase: "Estas damas llevaban las faldas con las enaguas muy abiertas y sus partes íntimas estaban muy expuestas, por lo que empezaron a utilizar bragas para protegerse del frío".
Por aquel entonces, la ropa interior no era más que una forma de abrigarse y evitar infecciones. Poco a poco conseguiría convertirse en ese elemento de la moda, con diferentes diseños y estilos, que tanta atención acapara hoy en día. Encajes, transparencias, colores vivos y hasta bordados como el que Yolanda nos enseñó a hacer y podéis ver en el vídeo de arriba decoran hoy todo tipo de ropa interior femenina, desde tangas hasta la famosa bragafaja que el próximo 16 de septiembre volveremos a ver puesta en Bridget Jones en la tercera entrega de la reportera británica: 'Bridget Jones' Baby'.