Hoy más que nunca, si escuchamos la palabra "Carmona", lo primero que se viene a nuestra mente es la imagen de Olga Carmona García, jugadora sevillana de 23 años, defensa de la selección femenina del Real Madrid Club de Fútbol, pero sobre todo, miembro de La Roja femenina y autora del gol que llevó a la victoria a la selección española contra Inglaterra en el Mundial de fútbol femenino.
Sin embargo, hace un siglo hubo otra mujer apellidada Carmona que también hizo historia en el mundo del fútbol femenino. Estamos hablando de Ana Carmona Ruiz, apodada como Veleta, y que podría considerarse como la primera mujer futbolista española. Nacida en el barrio malagueño de Capuchinos el 16 de mayo de 1908, murió a sus 32 años por un tifus exantemático epidémico.
Tuvo que hacerse pasar por hombre para poder dedicarse al fútbol, que era lo que la apasionaba. Conocida también como "Nita", su padre fue un estibador del puerto, donde Carmona descubrió el balompié viendo a los marineros ingleses pasándose la pelota para entretenerse en sus tiempos libres. Fue en este momento cuando la chica se dio cuenta de lo que sería su pasión por el resto de su vida.
Logró jugar como mediocampista en el Sporting Club de Málaga durante los años 20, a base de travestirse para hacerse pasar por hombre. Su abuela era lavandera del equipo, y convenció a Míguez para que dejase jugar a su nieta en el estadio Santa Misión cuando estuviera vacío. Según su descubridor, el periodista Jesús Hurtado, "se vinculó como ayudante del masajista, Juanito Marteache, así como la persona de enlace para llevar la ropa de los jugadores que precisamente lavaba y zurcía su abuela".
La chica también jugaba con el equipo a domicilio, y debido a su forma de ser y la vestimenta propia del fútbol de la época, lograba pasar desapercibida entre los hombres de la cantera. Se vendaba el pecho y usaba las boinas de los jugadores para recogerse el pelo, además de usar pantalones anchos y camisetas holgadas. Con el paso del tiempo y debido a los rumores sobre que había una chica jugando al fútbol, descubrieron su verdadera identidad, por lo que fue castigada en varias ocasiones.
Enviada a Vélez por su padre
En un intento por alejarla de su afición, el padre de Nita la envió a Vélez, Málaga con sus tíos. Sin embargo, el intento de su progenitor fue frustrado, ya que Carmona consiguió entrar en el Vélez Club de Fútbol, donde fue bautizada como "Veleta" por sus propios compañeros de equipo, quienes afirmaban que "cambiaba de mujer a hombre y viceversa, como una veleta".
Cabe destacar que la muchacha destacaba por encima de muchos de sus compañeros hombres, por lo que se ganó el cariño de la afición y de los jugadores, quienes la protegían ante los continuos ataques que sufrió. Sin embargo, esto no fue suficiente para paliar las reprimendas que recibió la mujer por parte de las autoridades y de algunos aficionados conservadores.
Llegaron a raparle el pelo, además de ser arrestada domiciliariamente por "alteración del orden público". Su historia ha sido contada al completo en el libro "75 Años de Fútbol en Vélez", escrito por Jesús Hurtado, periodista e investigador deportivo. A día de hoy, gracias a esta mujer y muchas otras "Veletas", la historia del deporte se corona con una gran victoria Mundial protagonizada por la selección española de fútbol femenino. El inicio de una nueva era que rompe las barreras de género a todos los niveles.