Saidy Brown es una joven sudafricana de 22 años. Para ella, este hecho ha sido un logro: "no pensé que llegaría a los 18" ha relatado en redes sociales. ¿La razón? Saidy es portadora del virus del VIH desde que nació.
Desde que hizo pública su situación, el perfil de la activista ha generado muchísima repercusión. En menos de una semana ha pasado de 600 a más de 1.700 seguidores y el mensaje en el que lo ha hecho público ha sido compartido por más de 8.000 personas y ha contado con el apoyo de 15.000.
Y todo ello, por haber contado con la valentía de hacer pública su situación, rompiendo tabúes, en uno de los países más afectados por el virus. Hasta siete millones de personas podrían ser seropositivas en Sudáfrica, según publicó la asociación ONUSIDA en 2015.
Un proceso de aceptación
Lo cierto es que el trance por el que ha pasado Saidy no ha sido nada sencillo. Con tan solo 14 años, su escuela decidió organizar un evento que tenía como fin concienciar a los alumnos sobre la importancia del sexo seguro.
Una de las actividades que se organizaron, fue la realización de pruebas del VIH voluntarias. Saidy se encontraba con sus amigas y todas decidieron acudir "por diversión". Cuando el médico le dijo el resultado, "me quedé en shock. No podía creerlo", asegura en declaraciones al diario El Mundo.
Al tiempo, decidió relatarle lo sucedido a su tía, ya que la joven era huérfana de padre y madre. Ella le relató que sus padres habían muerto de enfermedades relacionadas con el virus y que siempre había sospechado del contagio a la niña, pero nunca se lo quiso relatar: "mi tía no sabía a ciencia cierta que yo podía tener la enfermedad, aunque lo sospechaba. En cuanto se lo dije, lo relacionó muy rápidamente y me llevó a una clínica para una segunda opción", recuerda.
Sin embargo, durante cuatro años Saidy se resistió con toda su voluntad a aceptar su enfermedad. Hasta que al cumplir los 18 lo admitió y se lo contó a todos sus conocidos. "De donde vengo, soy la primera persona que ha hablado abiertamente de ello", ha asegurado. Un proceso que fue beneficioso para ella: "diría que yo me discriminé a mí misma desde los 14 a los 18 años, porque no quería hablar sobre el tema. Contarlo ha sido lo más sabio que he podido hacer", ha relatado.
Una lucha contra la discriminación
Rápidamente, Saidy comprendió que necesitaba relatar a todo el mundo su condición para que la gente pusiese nombre y cara al virus. Comenzó por Facebook, pero al tiempo comprendió que Twitter podría generarle un mayor alcance. "Necesitaba que el mundo comenzase a entablar conversaciones sobre el VIH".
Y el resultado de su lucha ha tenido, en realidad, una agradable recompensa. Saidy ha recibido multitud de mensajes de apoyo e incluso de gente que ha querido relatar su secreto y que le ha pedido consejo. "Creo que hemos mejorado como seres humanos con respecto al VIH, aunque yo quería contribuir a desestigmatizarlo, a hablar de ello de forma natural", ha asegurado.
Ahora el sueño de Brown es vivir muchos años más y ser capaz de formar una familia: "he estado leyendo sobre tratamientos preventivos para evitar la transmisión del VIH a la pareja o al bebé", porque "yo soy el fruto de la transmisión de madre a hijo. No me gustaría que se repitiera mi historia". Por ahora, ha cumplido su meta. Ha roto el tabú en torno al VIH.