María Sevilla, la presidenta de Infancia Libre que ha tenido secuestrado durante casi dos años a su hijo de once, se hizo regligiosa gracias a un acupuntor. "Ella entró en contacto con ese mundo cuando estábamos juntos, yo lo viví de primera mano...". Rafael, el exmarido de Sevilla, relata cómo fueron los inicios de esta locura evangélica. "Cuando nos estábamos separando y S. tenía no más de dos años y medio, ella tenía mucho estrés y empezó a ir a acupuntura. Fue el acupuntor quien le dijo que había una iglesia evangélica cerca, y que igual la podrían ayudar", cuenta Rafael.
Según unas declaraciones de Rafael recogidas por El Mundo, María Sevilla encontró el amor en esta iglesia: "la pareja que ha tenido todo este tiempo la sacó de allí". Se refiere a José Antonio Cantos, el hombre con el que la presidenta de Infancia Libre había tenido retenidos a sus hijos, de 11 y 6 años, en su finca de Cuenca, sin ir al médico ni al colegio, saliendo de paseo solo 20 minutos al día para tomar el aire, pero sin cruzar los límites de la vivienda.
Absolutamente adoctrinados
Después de meses intentando localizar al menor, los agentes de la Unidad Adscrita de policía Nacional a los Juzgados lo encontraron en una habitación junto a su madre y a su hermana, la hija que había tenido con su última pareja. Vivían los cuatro juntos en la finca. Los policías procedieron a detener a la madre y a separarla de su hijo. Cuando se llevaron al niño, ella le instó: "Llévate la Biblia". Con el libro en la mano, pasadas unas horas, el menor se reunió con Rafael, su padre, que llevaba dos años luchando por encontrarlo.
Según fuentes del caso, "el adoctrinamiento era absoluto y pavoroso". Rafael lo define como una "locura evangélica". María se había resguardado en este fanatismo religioso evangélico para ocultar a su hijo desde que perdió su custodia tras separarse de su marido.
De mayor quiero ser el jefe de todos los pastores evangélicos del mundo
Rafael relata cómo un día, después de recuperar a su hijo, se lo llevó a comer a un restaurante, y allí descubrió que el niño estaba "totalmente desocializado". Sus palabras al llegar al local fueron: "No, papá, no puedo comer en un restaurante, porque me sienta mal y luego me duele la tripa. Hay que atar a Satanás". Desde su liberación, el menor ha llegado a decir frases como "no puedo comer eso, porque Dios me va a castigar", "de mayor quiero ser el jefe de todos los pastores evangélicos del mundo" o "papá es el diablo".
El instigador evangélico
Es a José Antonio a quien se le atribuye un papel fundamental en la radicalización de María Sevilla. Durante un pleito en 2014 con su exmarido y padre de su hijo, ella pronunció una frase con la que plantó las semillas de este floreciente fanatismo: "Dios os va a dar lo que merecéis", refiriéndose a los psicólogos forenses. Pasados unos años, a la hora de establecer un régimen de visitas con el menor, Sevilla se empeñó en que estuviera con ella duranteunas horas específicas los sábados para que "no se perdiera el oficio religioso".
También a la actual pareja de Sevilla se le culpa de tomar la iniciativa de no escolarizar a los niños y aislarlos de la sociedad. En la casa se encontraron pintadas sumas simples en una ventana, y un mensaje en una pizarra: "Benditas todas las naciones. Génesis 22:18". Por el grado de "desocialización" de los menores, la policía ha puesto en conocimiento de la Fiscalía de menores la situación de la hija de la pareja, de 6 años. Cuando encontraron a los menores en la finca de Cuenca, la pequeña no les hablaba y solo les olisqueaba.