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Un hermano y una hermana se cambian de sexo y sus padres enseñan una lección al mundo

Un matrimonio cuenta cómo ha sido el proceso de cambio de sexo de sus hijos, a quienes han apoyado en cada una de sus decisiones.

Beth y Russ McGarrity son un matrimonio de Cincinnati que, desde la infancia de su hijo y su hija, supieron que ninguno de los dos pequeños encajaban en los estereotipos de género tradicionales. Muy pronto revelaron hábitos y un aspecto que los hacía diferentes al resto de niños por el hecho de haber nacido con el físico equivado, aunque su actitud siempre fue la misma: apoyo y amor incondicional a sus retoños.

Beth cuenta su historia a Good Housekeeping y recuerda una comida cuando se mudaron a Inglaterra en la que una Alyson de dos añitos jugaba con los niños al fútbol mientras Russ, de cinco, prefería quedarse con las niñas probándose vestidos. Beth pudo sentir las miradas y los juicios disimulados del resto de familias, e incluso se forzó a insistir a su hijo para que jugase con el resto de chicos al balón, algo que el niño rechazó un tanto molesto. "Hubiera sido más fácil que alguien me hubiera preguntado por qué mi hijo jugaba a ponerse vestidos, así podría haber respondido lo que pensaba: 'porque se lo pasa bien. ¿A quién le importa?'".

Del pequeño Russ a la guapísima Raiden

El caso de Russ junior fue el primero que les llamó la atención, en parte porque es el mayor de los hermanos, y en parte también porque desde que era niño le gustaba ponerse vestidos. Desde aquella comida el matrimonio acordó apoyarle incondicionalmente, incluso aunque no entendieran del todo qué le pasaba. ¿Era gay? ¿Era heterosexual pero disfrutaba travistiéndose? Al mismo tiempo, temían por cómo podía tratarle el mundo. Russ pasó su adolescencia de vuelta a Cincinnati, donde adoptó un estilo un tanto neutral: pelo corto, maquillaje, pantalones ajustados y camisetas de chicas.

Russ Jr., Russ, Beth y Alyson hace años (Good Housekeeping)
"Russ Jr., Russ, Beth y Alyson hace años (Good Housekeeping)"

De estos años recuerda que lo más tranquilo que podía suceder en un día de instituto era que le llamaran gay o maricón, ya que a menudo acababa teniendo problemas con los profesores, quienes no acaban de apoyar su identidad de género. No obstante, lo tenía claro: "prefiero ser odiado por quien soy que querido por quien no soy". Los problemas en el colegio le llevaron a dejar de ir a clase y encerrarse en su habitación: una persona que siempre había sido muy social y divertida sufría ahora síntomas propios de una depresión.

De la pequeña Alyson al deportivo Gavin

El caso de Alyson fue diferente. Ella solía disfrutar yendo a clase para jugar a todo tipo de deportes. Vestía camisetas y pantalones anchos y, aunque se sentía incómoda por su propia identidad de género, no quería causarle más preocupaciones a sus padres mientras trataban de apoyar a su hermano.

Precisamente fue su hermano el que le preguntó una noche en la que estaban solos si le gustaban las chicas, cuando tenía quince años. "Es más complicado que eso", le respondió, y, tras charlar sobre diferentes aspectos de las personas transgénero que había encontrado por Internet y recibir el completo apoyo de Russ, decidió contárselo a su madre cuando volvió a casa. Beth cuenta que se encontró a los dos con sus ordenadores, con una mezcla de felicidad y nerviosismo.

Rai y Gavin en la actualidad
"Rai y Gavin en la actualidad"

La confesión de Alyson fue contundente: "siempre he querido ser un chico. Nunca te lo había dicho pero, cuando era pequeña, me iba a dormir deseando despertarme como un chico". Aunque Beth recibió sus palabras con cariño y apoyo, le pidió esperar un poco antes de comenzar una transformación física más radical, como sería extirparse los pechos. Coincidió con su marido en que era importante que estuviese segura y que no estuviese confundiendo los cambios y las hormonas propias de la adolescencia.

Un mes después, Russ contó a sus padres sus sentimientos y su deseo de iniciar la transformación hacia una mujer.

El cambio

Tras consultar a un especialista, la familia acudió al Programa Transgénero del Hospital Infantil de Cincinnati. Mientras tanto, tuvieron que hacer frente a la reacción de vecinos y amigos de toda la vida, quienes por desgracia no se mostraron tan comprensivos como el matrimonio. Entre otros casos, los padres de una amiga de Aly de toda la vida le prohibieron volver a acercarse a ella por motivos religiosos.

Russ y Aly iniciaron su camino para convertirse en quienes son hoy en día, quienes fueron siempre: Rai y Gavin. Gavin no ha tenido problemas en el instituto tras su cambio y planea estudiar psicología, mientras que Rai se plantea ir a la universidad, tiene novio y cuenta su cambio en su famosocanal de YouTube. Atrás quedó aquel delgado niño y aquella niña rubia: hoy son una joven de pelo largo y labios marcados y un chico de aspecto juvenil. Recientemente el vídeo de la transformación de Rai durante un año se hizo viral en Internet:

Beth, por su parte, se muestra feliz: "tengo a mi hijo y a mi hija del modo en que debía ser". Reconoce que, si hubiese tenido tanta información como tiene hoy, habría ayudado a sus hijos antes con un tratamiento hormonal para evitar cirugías faciales y de pecho. Tanto Rai como Gavin se sienten felices por cómo son hoy en día y por el apoyo que siempre les brindó su familia. "Siempre quisimos tener un niño y una niña. Y los tuvimos, solo que en un orden diferente a lo que pensamos inicialmente".

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