Mariano Rajoy ha abandonado definitivamente la política, dejando tras él una situación precaria en las arcas públicas. El límite de gasto, los bajos salarios y los privilegios a empresarios han provocado que, en la actualidad, el sistema de la Seguridad Social haya alcanzado niveles críticos.
En 2012, un año después de la llegada al poder del Partido Popular, las cotizaciones de trabajadores y empresarios fueron inferiores al desembolso por las pensiones contributivas por primera vez en mucho tiempo, un déficit que se ha mantenido hasta ahora, alcanzando los 66.000 millones de euros de desajuste en 2017.
Ante esta sangría, el Estado optó primero por sacar dinero del Fondo de Reserva, creado en 1997 para hacer frente precisamente a un escenario como este. En seis años, la hucha de las pensiones pasó de tener más de 60.000 millones a los 8.000 que hay ahora, dejando el sistema tal y como lo conocemos a punto de estallar.
La deuda de la Seguridad Social equivale al 3,5% del PIB
En 2017, cuando Rajoy observó que había dejado el Fondo de Reserva tiritando, apostó por una solución alternativa, los créditos. En la década de los noventa, en otros momentos de crisis, se tomó el mismo remedio, con un préstamo del Estado a la Seguridad Social de 17.000 millones de euros todavía sin devolver.
El crédito concedido el año pasado fue de 10.192 millones, a los que se sumarán próximamente 15.524 millones más tal y como viene reflejado en los Presupuestos Generales del Estado de 2018.
En total, la deuda de la Seguridad Social asciende a los 43.000 millones de euros, 35.000 millones si descontamos los 8.000 que quedan de la hucha de las pensiones. Esto supone el 3,5% del PIB, y, sobre todo, la sensación de que la situación es insostenible. La herencia de Zapatero se ha convertido en la herencia de Rajoy. Y ninguna de las dos son demasiado esperanzadoras para los ciudadanos.
Causas: creación de empleo de baja calidad
Una de las principales causas de la pérdida de dinero en la cuentas de la Seguridad Social se debe al modelo de creación de empleo de baja calidad desarrollado por Mariano Rajoy. Cuando se puso al frente de Gobierno fueron muchos los cambios que introdujo, pero uno de los más importantes fue la reforma laboral lanzada a principios de 2012.
La creación de empleo siempre ha supuesto una de las grandes preocupaciones de la sociedad y desde el gobierno de Rajoy intentaron poner freno al aumento del paro con una ley que lo único que consiguió fue generar empleos de baja calidad. Con el tiempo la cifra de afiliados a la Seguridad Social ha mejorado, sin embargo, los nuevos cotizantes no generan la misma cantidad de dinero que antaño, cuando aportaban mucho más dinero a las cuentas de un sistema que es el sustento principal de las pensiones.
De este modo, la bajada de los salarios, la precariedad laboral y la elevada cifra de paro que todavía impera en España no contribuyen a asegurar el mantenimiento de las cuentas de la Seguridad Social, esas que permiten pagar las pensiones y garantizar el futuro de muchas personas.
