Desde que Daniel Sancho confesara el asesinato y descuartizamiento de Edwin Arrieta, el móvil del crimen continúa siendo lo que más dudas despierta. La relación entre ambos y las inversiones del cirujano en los negocios del chef han apuntado a un crimen económico. Sin embargo, tras conocerse la herencia que deja el colombiano, los interrogantes no han hecho sino multiplicarse.
Arrieta llevaba una vida acomodada debido a su profesión de cirujano plástico, la cual desempeñaba tanto en Colombia como en Chile. No obstante, no contaba con propiedades a su nombre, lo que ha impedido dejar una sustanciosa herencia a sus seres queridos, que recibirán un Mercedes y unos adornos de plata.
Tanto el lujoso piso donde vivía habitualmente como la clínica donde operaba a sus pacientes, ambos situados en la ciudad colombiana de Montería, eran inmuebles alquilados, según desvela El Mundo.
De acuerdo con los testimonios de sus allegados, el médico llevaba un alto nivel de vida, ya que trabajaba mucho y no se privaba de nada, pero apenas tenía propiedades. "Se mataba trabajando para darse sus gustos. Era un hombre feliz, pleno, estaba complacido con la vida. Era muy organizado con sus cosas. Y un soñador que siempre conseguía lo que se proponía. De niño anunciaba que sería cirujano plástico y reconstructivo, y que estudiaría en Argentina, y lo logró, a pesar de venir de una familia humilde", cuenta una amiga de Arrieta.
Era una persona muy familiar y siempre ayudaba a los suyos. A su hermana, Darling, le había comprado un piso en Lorica, su ciudad natal, aunque para ello tuvo que vender el chalet donde residía. Con ese dinero adquirió la casa para su hermana y habría invertido también en sus planes en España. Además, también planeaba comprarle una finca a su padre.
Planes en España
Entre sus proyectos, tenía la intención de comprar acciones de la hamburguesería en la que trabajaba Daniel Sancho. "Conoció a esa escoria y a dos amigos suyos hace un año. Me dijo: 'Tienen una hamburguesería y me voy a meter de socio'. Le pedí que no se acelerara, que no les tuviera tanta confianza. Pero respondió que los conocía desde hacía ocho meses. Y como le fascinaba España, quería irse a vivir allá", afirma la amiga del cirujano.
"Sancho engañó a Edwin y se aprovechó de él. No entiendo que no se diera cuenta de que ese tipo lo estaba engañando con lo inteligente que era", lamenta otro de sus amigos.
Cabe recordar que Arrieta pagaba todos los meses 25.000 euros al hijo de Rodolfo Sancho a través de una tarjeta de crédito. Los pagos procedían de una cuenta bancaria a nombre del cirujano, sujeta ahora a investigación. El último ingreso se realizó en la semana del crimen. Por otro lado, Arrieta tenía previsto abrir una clínica estética en Barcelona y en Madrid
