Proclamarse defensor de los derechos LGTBI y pactar con la extrema derecha que considera enfermo a este colectivo es algo que solo entiende Ciudadanos. Así, durante la celebración del Orgullo LGTBI quisieron ser protagonistas acudiendo pese a no haber firmado el manifiesto de la manifestación, por lo que los que verdaderamente acudieron para defender las libertades de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales protagonizaron una sentada para no dejarlos pasar.
Pero la falta de compromiso con el colectivo LGTBI no es algo nuevo en Ciudadanos pese a que pretendan disimularlo utilizando esta causa para maquillar sus pactos con VOX. Basta con revisar la hemeroteca para comprobar que Juan Carlos Girauta, número dos de Albert Rivera, se posicionaba en contra del matrimonio igualitario e incluso se burlaba de la causa LGTBI.
Corría el año 2010 cuando Girauta acudía a una de las tertulias de Intereconomía en el programa 'Dando caña' para presentar su libro 'La verdadera historia del PSOE'. Por aquel entonces, el barcelonés no ocultaba su verdadera ideología y no dudó en burlarse de las "causitas" de la izquierda como "la del homosexual". "La izquierda contemporánea se ha sumado a causitas, pequeñas causas. Entonces hay como un mosaico de causas que le definen a uno de izquierdas, aparte de decirlo. Uno puede ser de izquierdas simplemente diciendo 'soy de izquierdas' y a partir de esto ya eres de izquierdas. Pero el que quiera algo más que la declaración tiene que recurrir a causitas: la causita del calentamiento global, la del homosexual, la del no sé qué...", señalaba un lampiño Girauta para regocijo de los presentes, entre los que se encontraba, sí, el mismísimo Albert Rivera.
Las causitas de la diversidad. Girauta un pionero, el tío pic.twitter.com/rlxTZGeicQ
— Antonio Gris (@Antgris) 8 de julio de 2019
No es la única vez que Juan Carlos Girauta reveló su aversión al colectivo LGTBI. En 2005, el actual diputado de Ciudadanos, escribía un artículo en Libertad Digital en el que animaba al Partido Popular a derogar el matrimonio igualutario cuando llegase al poder.
"No es cuestión de hostigar al PP cuando lo está haciendo bien, sino de pedirle garantías de que no volverá a caer en el atolondramiento. Las "pájaras" del líder y la distancia que sus asesores le marcan respecto a su gente pueden ser fatales para la salud de la democracia. Por eso hay algo que el PP debería hacer pronto: proclamar su inamovible decisión de derogar, cuando llegue al poder -sea dentro de tres o de siete años- todas aquellas medidas radicales que los socialistas han aprobado por decretazo y/o con el objetivo de agredir a una parte del país por razón de sus creencias: la LOE, el disparate hidrológico, el matrimonio homosexual y el sistema de mayorías en la justicia, para empezar. También cualquier cambio en la organización territorial que no se base en el consenso", afirmaba Girauta antes de proclamarse defensor de los derechos del colectivo LGTBI.
Tampoco son de extrañar estas palabras de Girauta teniendo en cuenta que Albert Rivera, solo un año después, en 2006, reconocía en una entrevista que "llamar matrimonio a una unión homosexual genera tensiones innecesarias y evitables".
Ciudadanos, sin careta
Ciudadanos ya no engaña a nadie. El partido naranja, cuando comenzó a tener cierta relevancia a nivel nacional (recordemos que el partido nació en Cataluña), se presentó como una formación moderada, de centro. Lejos queda aquella posición y, aunque con cierto vergüenza, han acabado admitiendo que son de derechas. Lo que aún les cuesta reconocer es su abrazo a la extrema derecha de VOX, con la que no han dudado en sellar alianzas para asegurar sillones y gobiernos.
Y para blanquear este coqueteo con los ultras, Ciudadanos utiliza movimientos sociales de importante calado como es la lucha del LGTBI. Esto les permite presentarse de cara a la galería como un partido moderno y defensor de un colectivo desfavorecido mientras que, por la espalda, dan la mano a aquellos que los consideran enfermos.
Lo sucedido en la celebración del Orgullo LGTBI 2019 en Madrid, sin embargo, les ha quitado la careta. Los organizadores de la manifestación redactaron un manifiesto que los naranjas se negaron a firmar ya que uno de sus puntos era el no pactar con la extrema derecha. De esta manera, Ciudadanos no pudo tener su clásica carroza ni gozaron de invitación oficial.
Y acudieron a la manifestación de la que, recordemos, no firmaron su manifiesto. Con una pancarta en la que podía leerse "Al Orgullo ¡Vamos!", como un lema electoral, olvidando que en esa reivindicación los protagonistas son los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales y no su propio partido. Así, los que verdaderamente acudieron para defender los derechos y libertades del colectivo LGTBI se sentaron frente a ellos para no permitirles pasar debido a sus pactos con la extrema derecha.
Pero Ciudadanos consiguió su objetivo y utilizó esto para victimizarse. A bombo y platillo, Inés Arrimadas, portavoz del grupo en el Congreso de los Diputados, celebró un show ante los medios de comunicaciónpara tildar al colectivo LGTBI de fascista y denunciar agresiones, algo que ha sido rotundamente desmentido por la policía. Ciudadanos ya no engaña a nadie.
