La muerte con violencia de tres agricultores en Navarra y Lleida entre el 22 de noviembre del pasado 2023 y el 5 de enero de este año ha obligado, tanto a la Guardia Civil como a la Policía Nacional y a los Mossos d'Esquadra, a investigar la posible relación entre tres crímenes que presentan varias similitudes.
Los crímenes
El primer asesinato se produjo a finales de noviembre. El cuerpo de Pedro Oyón, un agricultor de 68 años, fue encontrado sin vida y con signos de violencia el pasado 22 de noviembre en Tudela, Navarra. La víctima fue vista con vida por última vez cuando fue a recoger olivas al campo. Su esposa denunció su desaparición y fueron las autoridades quienes encontraron su cadáver durante el dispositivo de búsqueda desplegado.
Las alarmas comenzaron a saltar cuando, un mes después, el 21 de diciembre, hallaron el cadáver de un segundo agricultor en Ribaforada, Navarra, a tan solo unos 20 kilómetros de la zona donde encontraron el primer agricultor asesinado. Se trataba de José Luis Aguado, de 80 años, que también presentaba claros signos de violencia. En este crimen el asesino también le robó el coche a la víctima. Vehículo que, posteriormente, sería determinante en la investigación.
Tan solo unas semanas después, el 5 de enero, una mujer encontró a su marido fallecido en una finca de Vilanova de la Barca, Lleida, a la que había acudido a podar árboles. Se trataba de Ramón Rusell, de 84 años, asesinado con unas tijeras. También le robaron el coche.
El coche robado vincula los crímenes
A pocos kilómetros de la finca donde asesinaron a Rusell, los agentes encontraron un coche robado. Se trataba del vehículo hurtado a la segunda víctima, a Aguado. La investigación da un vuelco. El coche robado relaciona ambos crímenes y refuerza la hipótesis de que exista un asesino en serie.
Las investigaciones apuntan a que su agresor estaba huyendo cuando cometió el último asesinato y que se escapó en el vehículo de la víctima. El presunto asesino se saltó un control policial y salió de España llegando a Andorra antes de entrar a Francia, motivo por el cual España ha pedido la colaboración, a través de la Interpol, de las autoridades francesas para intentar detenerlo. El coche fue abandonado en un área de servicio y hasta ahora no se ha logrado identificar al presunto autor de los hechos.
