La falta de discrepancia entre los dos médicos encargados de realizar la autopsia al cuerpo de Diana Quer está provocando que la fase de instrucción del caso se alargue en el tiempo.
Tras cercar el círculo, el único acusado sigue siendo José Enrique Abuín Gey, más conocido como 'El Chicle', cuyo teléfono le posicionaba en aquel lugar cuando la joven madrileña falleció durante la fatífica madrugada del 22 de agosto.
La falta de conclusiones ha llevado a que se vuelva a iniciar el proceso de autopsia y que, de paso, se descubra un detalle que ha provocado más de un quebradero de cabeza: una herida traumática en la espalda.
Los investigadores han comprobado que no hay constancia ni conocimiento de esa lesión durante la primera autopsia del cuerpo. Y, por ello, el análisis realizado varios meses atrás, será sometido a un nuevo examen llevado a cabo por el jefe de patología forense del Insituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga).
Los restos de Diana ya se encuentran enterrados y no habrá exhumación. Por eso, el criminólogo forense encargado de este estudio, José Blanco Pampín, utilizará las fotografías del hallazgo del cadáver para hacer un análisis pormenorizado que permita descubrir qué sucedió exactamente aquel día.
Esa herida será clave a la hora de revisar nuevamente el caso y descubrir qué sucedió exactamente aquella noche, algo básico para comenzar el juicio. Los trámites, además, deben ser rápido: 'El Chicle' nunca podría pasar más de dos años en régimen de prisión preventiva, ya que la ley no lo permite.
La investigación maneja una hipótesis
La herida traumática de la espalda pasó completamente desapercibida. Según las primeras hipótesis de los investigadores, la contusión podría corresponderse con el instante en el que el autor del asesinato metió el cadáver en el pozo de agua natural de la nave industrial de la parroquia de Asados, en Rianxo.
Es una hipótesis, pero no hay constancia de las circunstancias en las que se produjo esa herida. Los forenses aún no tienen constancia sobre si 'El Chicle' consiguió perpetrar su móvil sexual o si se quedó meramente en un intento. Es fundamental, ya que las pruebas serían determinantes a la hora de establecer una condena.
A pesar de todo, la posibilidad de encontrar respuesta a esa pregunta es muy complicada. El estado de saponificación del cadáver, que llevaba año y medio dentro de un pozo con agua, fue fundamental para comprobar las marcas en el cuello o en las muñecas que prueban la agresión. Pero no el móvil sexual, ya que las pruebas biológicas se habrían destruido en este medio.
Por el momento, solo existe la versión de 'El Chicle', que ha negado en repetidas ocasiones esta posibilidad. Tampoco fue satisfactorio el informe de Toxicología, que no fue aceptado por el abogado de la familia, Ricardo Pérez Lama.
Eso es lo que, precisamente, busca evaluarse ahora. Determinar con el máximo número de detalles qué sucedió con exactitud. Es lo que reclaman todas las partes implicadas en el juicio.