Cuando aún estamos sumergidos en plena pandemia de la COVID-19, nuevos coronavirus ya se encuentran en la naturaleza amenazando con volver a poner en jaque al ser humano. La organización EcoHealth Alliance, dedicada a investigar las enfermedades que surgen de la fauna salvaje, en colaboración con el Instituto de Virología de Wuhan, han analizado más de 1.200 secuencias genéticas de coronavirus en murciélagos.
"Hay una enorme diversidad natural de estos coronavirus", explica el ecólogo boliviano Carlos Zambrana. Su equipo, en colaboración con el Instituto de Virología de Wuhan, ha hallado que de estas 1.200 secuencias genéticas, 630 de ellas nuevas.
"Es muy probable que veamos nuevas pandemias en el futuro", advierte Zambrana. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los científicos no han analizado el genoma completo de cada virus, así que estas 630 nuevas secuencias genéticas no se corresponden necesariamente con 630 nuevas especies de coronavirus, aunque el ecólogo boliviano cree que posiblemente se trata de "cientos" de patógenos desconocidos hasta ahora.
Qué pasa con los murciélagos
El nuevo análisis genético apunta a los murciélagos de herradura como principal reservorio de virus similares al SARS, otro coronavirus hermano del actual surgido en China en 2002 quey mató a unas 800 personas. Los coronavirus de murciélagos también son sospechosos de ser los progenitores del virus del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS).
El equipo de científicos de la EcoHealth Alliance y el Instituto de Virología de Wuhan tomaron muestras de miles de murciélagos de una quincena de provincias chinas entre 2010 y 2015. "Cuando atrapamos un murciélago, casi siempre da negativo a coronavirus. Para encontrar un positivo tenemos que muestrear cientos", explica Zambrana, que advierte que "no hay que culpar a los murciélagos" porque "son fantásticos para los ecosistemas".
La guerra de Trump
EcoHealth Alliance está en el punto de mira de Donald Trump por colaborar con el Instituto de Virología de Wuhan, al que el presidente de Estados Unidos ha acusado sin ninguna prueba de haber fabricado el SARS-CoV-2 en sus laboratorios.
Desde la Casa Blanca, el propio Donald Trump anunció que cortaría la financiación a la EcoHealth Alliance por trabajar con los virólogos chinos. La organización ha recibido más de tres millones de dólares (2,6 millones de euros) desde 2014. Ante esta medida, 77 científicos estadounidenses ganadores del Premio Nobel escribieron una carta al Gobierno de EEUU para denunciar que esta decisión de Trump "priva al país y al mundo de una ciencia de gran prestigio que podría ayudar a controlar una de las mayores crisis sanitarias de la historia reciente y otras que podrían surgir en el futuro".