Los Mossos d' Esquadra han encontrado el cadáver de un hombre en una zona boscosa cerca del aeropuerto del Prat que podría ser el de Martín Ezequiel Álvarez, el parricida que acabó con la vida de su hijo de solo dos años en un hotel de Barcelona el pasado mes de agosto. El hombre estaba en búsqueda desde entonces.
El cuerpo ha sido encontrado ahorcado, sin vida y sin ninguna nota que lo acompañase. No obstante, todavía no está confirmada su identidad científicamente, ya que esta debe constatarse a través de una reseña dactilar, y del ADN de una reseña dental.
A lo largo de tres semanas la Policía ha estado buscando a Martín Ezequiel Álvarez. La última vez que se le vio fue saliendo del hotel donde abandonó el cuerpo sin vida de su hijo. Se le perdió la pista tras conocerse que huyó en taxi tras el crimen y consiguió llegar hasta el aeropuerto.
"Te dejo lo que te mereces"
Martín Ezequiel Álvarez estaba siendo buscado por ser el único sospechoso de matar a su hijo de 2 años en el hotel Concòrdia de Barcelona y dejar su cuerpo en la habitación. Pocas horas antes había llamado a su expareja y madre del pequeño advirtiéndole "que se iba a arrepentir" de haber dejado la relación.
Los padres del pequeño Leo se estaban separando y Martín aparentó asumir con normalidad la ruptura. Sin embargo, una tarde que fue con su hijo a pasear, aprovechó para llevarlo al hotel Concòrdia, el mismo en el que se había casado con la madre. Desde allí le envió mensajes amenazadores a la mujer antes de asfixiar al menor con una almohada.
El 25 de agosto la madre recibió un mensaje del presunto parricida: "Aquí te dejo lo que te mereces". La mujer corrió al hotel, pero ya era demasiado tarde. Es decir, su intención era causar el máximo dolor posible a la madre.
Las cámaras del hotel del distrito de Sants-Montjuïc captaron el día del suceso cómo el padre huyó tras saltar la valla de la piscina del establecimiento. En el vídeo también se puede observar como poco antes de la huida, el padre del menor había abierto la puerta de la habitación que da al pasillo para supuestamente comprobar que no había nadie allí. Desde entonces, el hombre estaba en busca y captura y sobre el pesaba una orden de detención internacional