Ni siquiera la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por sus siglas en inglés) se libra de los ataques cibernéticos a día de hoy. Y es que un grupo de hackers de procedencia rusa han pirateado su base de datos para, según la propia Agencia, intentar acabar con el sistema antidopaje a nivel mundial.
La propia WADA ha confirmado la situación, dando, incluso, el nombre del equipo de hackers que ha atacado su base de datos: Fancy Bear. Según la Agencia, los Fancy Bear habrían accedido a la base de datos del Sistema de Gestión a través de un Comité Olímpico Internacional, una cuenta creada para los Juegos de Río de 2016. A través de esta invasión ilegal, los hackers han logrado hallar los documentos médicos de los deportistas, donde se detalla el uso de ciertas sustancias con fines terapéuticos.
Estos medicamentos podrían ser considerados dopajes en otros deportistas, puesto que estamos hablando de sustancias prohibidas. No obstante, la WADA estudia detenidamente cada caso para ver si, efectivamente, estos medicamentos se usan con una finalidad médica que poco tiene que ver con rendir más en las pruebas físicas.
Simone Biles ha sido una de las protagonistas de estas filtraciones ilegales. El mes pasado, poco antes de los Juegos Olímpicos de Río, Biles dio positivo en metilfenidato, un psicoestimulante. No obstante, pudo participar sin ningún problema en los Juegos e, incluso, ganar cuatro medallas de oro. La atleta, tras conocer que esta información había salido a la luz, lo explicó de la siguiente manera a través de su perfil de Twitter: "Tengo TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad) y llevo tomando esta medicina desde que era una niña. Creo en el deporte limpio, siempre he seguido las reglas y seguiré haciéndolo porque el juego justo es vital en el deporte y muy importante para mí".
? Simone Biles (@Simone_Biles) 13 de septiembre de 2016
Más tarde, un comunicado lanzado por la Federación Estadounidense de Gimnasia confirmaba que, efectivamente, Biles había obtenido el permiso para continuar tomando este medicamento, pese a considerarse una de las sustancias prohibidas por la Agencia Mundial Antidopaje, y aseguraba que, puesto que cumplía con todos los requisitos, no estaba quebrantando las normas.
USA Gymnastics statement regarding Simone Biles and WADA hack: pic.twitter.com/YTq2iVS7Vu
? USA Gymnastics (@USAGym) 13 de septiembre de 2016
Sin embargo, Biles no ha sido, ni mucho menos, la única atleta afectada por las filtraciones de Fancy Bears. La famosa tenista Serena Williams también habría contado con unos permisos para consumir medicinas prohibidas por la WADA. En este caso, las sustancias de las que se habla son oxicodona, hidromorfona, prednisona y metilprednisolona. Todos estos medicamentos se usan para disminuir el posible dolor de las lesiones. Williams no se ha pronunciado al respecto, así que no se puede afirmar que esto sea cierto; no obstante, según los documentos, la tenista únicamente tomó estos medicamentos en breves periodos de tiempo comprendidos entre 2010, 2014 y 2015.
El tenista Rafael Nadal ha sido uno de los deportistas españoles implicados en estas filtraciones. Según la lista publicada por los hackers rusos, el consumo de Nadal de medicamentos prohibidos no ha sido en los Juegos Olímpicos de este año, sino en 2009 y en 2012. En 2009 se le permitió que usara una única dosis de betametasona (acetato), que se inyecta de forma intramuscular. Por otro lado, en 2012 se le recomendó que tomara varias dosis de un medicamento corticoide (tetracosactide). Ambas recetas fueron hechas por el doctor Stuart Miller, de la Federación Internacional de Tenis, y así consta en los documentos filtrados.
Otra de las atletas españoles que figura en las filtraciones de Fancy Bears es Mireia Belmonte, que en 2009 fue autorizada a consumir salbutamol, una sustancia que dilata los bronquios y que le servía para combatir su asma crónica. El salbutamol pasó a estar permitido a partir de 2013 con un límite de 1.600 microgramos por día.
Según la WADA, "estas exenciones solo las conceden las federaciones internacionales, las agencias nacionales antidopaje y los organizadores de grandes competiciones tras un exigente proceso de revisión". Este proceso, además, está definido en el Estándar Internacional de Exenciones de Uso Terapéutico, y requiere la evaluación de tres médicos especialistas en medicina deportiva.
No estamos ante casos de dopaje ilegal, sino ante casos estudiados en los que estas sustancias se permiten como una excepción debido a problemas médicos. Sin duda, no parece casualidad que sean precisamente rusos los hackers que están filtrando estos datos, después de que 118 atletas de Rusia fueran descalificados por dopaje en los últimos JJOO y a ningún deportista del país se le permitiera participar en los Juegos Paralímpicos recientemente finalizados. Los JJOO y el dopaje son el último arma arrojadiza en la Rusia de Putin pero la WADA se ha manifestado con contundencia en este juego que afecta a muchos atletas profesionales y mancha su reputación: "No se debe exigir a los deportistas que justifiquen públicamente sus exenciones".