Gwyneth Paltrow se ha abonado a todo tipo de polémicas, sobre todo por el bazar en el que ha convertido su negocio de internet, vendiendo consoladores anti-aburrimiento, así como velas aromatizadas con sus propios orgasmos.
Colby Watson, un hombre de Texas, decidió comprar una de esas velas, que se llaman 'This Smells Like My Vagina ("Esto huele como mi vagina"). Sin embargo, en vez de aromatizar su casa, asegura que estuvo a punto de quedar completamente carbonizado.
Según consta en los documentos publicados por el portal TMZ, Waltson compró la vela el pasado mes de enero, pero esperó hasta febrero para encenderla por primera vez, en una mesilla de noche que tiene junto a la cama. Tres horas después, empezó a "arrojar llamaradas y, de repente, explotó".
El hombre asegura que su habitación se llenó de humo y que la marca que dejó la candela en el mueble es completamente visible. Además, asegura que la vela tiene una recomendación de "uso limitado" para que no esté prendida más de dos horas, aunque entiende que la información es insuficiente.
Lo afirma, porque cree que la advertencia no explica que la vela puede generar graves lesiones, como por ejemplo una explosión. "Son intrínsecamente peligrosas", argumenta, por lo que ha demandado a Goop, la empresa que las distribuye, "por incumplimiento de garantía y la poca fiabilidad de sus productos".
5 millones de dólares: no es el primer testimonio
El hombre espera obtener una compensación de 5 millones de dólares por lo sucedido. Un portavoz de la compañía ha emitido un comunicado: "Estamos seguros de que las afirmaciones (del perjudicado) son frívolas, un intento de asegurarse un pago descomunal gracias a un producto popular. Respaldamos cada marca que comercializamos y la seguridad de los productos que vendemos. En este caso, Heretic (la marca de la vela) ha comprobado el rendimiento y la fiabilidad del producto a través de diversos test estándar en la industria".
A principios de este año, Jody Thopmson, una señora de 50 años de Reino Unido del norte de Londres, explicó que la vela se calentó tanto que acabó estallando y cubriendo de llamas su salón. De hecho, estuvo a punto de quemar su propia su casa: "Nunca había visto algo así. Todo estaba en llamas y estaba demasiado caliente para cogerlo. En ese salón había un infierno", denunció en el diario The Sun. En su caso, eso sí, no interpuso una demanda.