- El juicio
- El caso
- Los cargos
- El quid del caso
- Los protagonistas
- Los potenciales testigos
- Posibles penas
- ¿Qué pasa si Trump va a la cárcel?
Este lunes 15 comienza en Manhattan el primer juicio penal contra un ex presidente de EE.UU., Donald Trump, por falsificación de documentos relacionados con pagos hechos en 2016 a la actriz pornográfica Stormy Daniels para silenciar una presunta relación sexual.
A pesar de los intentos de los abogados de Trump por retrasar el proceso, el juicio se llevará a cabo antes de las elecciones presidenciales de noviembre de 2024. Trump enfrenta tres causas penales más, pero esta es la única que probablemente se resuelva antes de los comicios.
El fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, convocó a un gran jurado para analizar el caso de los pagos a Daniels. Testimonios clave provinieron de individuos como el ex abogado de Trump, Michael Cohen, y la ex consejera de la Casa Blanca, Kellyanne Conway.
Los partidarios de Trump no parecen preocupados por las acusaciones y la evidencia en su contra. Sin embargo, el resultado del juicio podría tener un impacto significativo en las elecciones presidenciales de 2024.
El juicio
El proceso empieza este lunes 15 de abril con la selección del jurado popular que deberá decidir sobre la culpabilidad o inocencia de Trump, que al tratarse de un caso penal está obligado por ley a acudir en persona cada día a los procedimientos.
Esa selección, en la que se someterá a potenciales jurados a un cuestionario de 42 preguntas, podría alargarse una o dos semanas. Una vez que estén elegidos los 12 miembros y seis más como suplentes alternativos, cuyas identidades se mantendrán anónimas, arrancará el juicio.
El tribunal tiene calculado que el proceso, que se celebrará todos los días laborables salvo los miércoles entre las 9.30 y las 16.30, podría prolongarse entre seis y ochos semanas.
El caso
En 2016, antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos que Trump acabaría ganando, Michael Cohen, entonces su abogado y 'fixer', pagó 130.000 dólares a Stormy Daniels para que la estrella porno no hablara públicamente de la relación sexual que asegura que había mantenido con Trump.
Esa relación se produjo, según Daniels, cuyo nombre no artístico es Stephanie Clifford, una década antes, cuatro meses después de que Melania Trump, la tercera esposa del empresario, hubiera dado a luz a Barron, el hijo de ambos.
Meses después de aquel pago, y cuando ya había ganado las elecciones, Trump pagó a Cohen 420.000 dólares, que incluían el reembolso del pago a Daniels, un extra de 60.000 dólares, y dinero para cubrir los impuestos que el abogado debía pagar por los cobros.
Los cargos
Aunque el pago a Stormy Daniels en sí mismo no es considerado ilegal, las acciones relacionadas con su contabilización han sido calificadas como fraude por la oficina del fiscal del distrito del condado de Nueva York, liderada por Alvin Bragg.
Bragg, un demócrata que se convirtió en el primer afroamericano en ocupar este cargo en 2021, logró persuadir a un gran jurado para que imputara a Trump con 34 cargos hace poco más de un año. Trump, quien se ha declarado "inocente", enfrenta además 54 cargos en otros tres casos penales.
De los cargos en Nueva York, 11 están relacionados con las facturas mensuales enviadas por Cohen, otros 11 con los cheques enviados por Trump, y 12 con las anotaciones falsas en los registros contables del fideicomiso de Trump. Estas anotaciones presentaban los pagos como costos legales por servicios de Cohen, basados en un contrato que en realidad no existía.
El quid del caso
Aunque las irregularidades en la contabilidad podrían haber sido consideradas simplemente como violaciones menores, Bragg las elevó a la categoría de delitos al plantear que se llevaron a cabo con el propósito de encubrir otro posible crimen. Específicamente, Bragg señala posibles infracciones de las leyes federales de campaña, delitos contra la ley electoral estatal y fraude fiscal.
La fiscalía no necesita acusar a Trump de estos delitos secundarios ni demostrar que los cometió, solo tiene que establecer ante el jurado la intención de cometerlos u ocultarlos.
La estrategia es destacar que Trump planeaba influir en las elecciones no solo pagando para silenciar a Daniels, sino también para manejar cualquier otra historia que pudiera perjudicarlo. La fiscalía argumenta un patrón de comportamiento, incluyendo la colaboración con el tabloide 'National Enquirer' para suprimir dos historias adicionales.
Una de estas historias involucra a Karen McDougal, una modelo de 'Playboy' que afirma haber tenido una relación sexual con Trump. El tabloide le pagó 150.000 dólares y empleó una táctica conocida como "catch and kill" (literalmente "atrapar y matar") para enterrar información no deseada.
La publicación, dirigida por un amigo de Trump, también pagó 30.000 dólares por la historia de un antiguo portero que afirmaba que el empresario tenía un hijo ilegítimo (la historia fue desestimada como falsa por el tabloide).
Los protagonistas
El juicio está siendo presidido por Juan Merchán, un juez de 61 años de edad nacido en Colombia pero criado en Queens, al igual que Trump. A pesar de los numerosos intentos del expresidente por removerlo o recusarlo del caso, Merchán ha permanecido firme en su posición.
El juez ha emitido órdenes de restricción contra Trump, prohibiéndole atacar a testigos, fiscales y las familias tanto de Bragg como la suya propia. A pesar de estas restricciones, Trump ha continuado atacando al fiscal, al juez e incluso a la hija de este último, quien trabajó para una empresa que asesoró a la campaña de Joe Biden en 2020.
El equipo de defensa de Trump, encabezado por el abogado Todd Blanche, se enfrentará al equipo de la fiscalía de la oficina de Bragg. Blanche, un ex votante demócrata que previamente trabajó en la misma oficina que ahora dirige Bragg y en un prestigioso bufete de abogados en Wall Street, ha cambiado su afiliación política al registrarse como republicano y ha establecido su propia firma legal en Florida.
Desde abril del año pasado, Blanche ha recibido tres millones de dólares por representar a Trump en su defensa, parte de los cuales provienen del Comité de Acción Política Save America. Blanche también está representando al ex presidente en otros casos penales relacionados con el manejo inapropiado de documentos clasificados y sus esfuerzos por revertir los resultados de las elecciones de 2020. Sin embargo, no está involucrado en el caso en Georgia que trata sobre los presuntos intentos de fraude electoral en ese estado.
Los potenciales testigos
Se espera que el testigo central sea Cohen, lo cual podría representar un desafío para la fiscalía y ser explotado por la defensa de Trump. Cohen se declaró culpable en 2018 de varios delitos federales, incluyendo violaciones de leyes de campaña, evasión de impuestos, declaraciones falsas a un banco y mentir al Congreso.
Además de Cohen, se espera que pasen por el estrado Daniels y McDougal, así como David Pecker, quien fue editor del 'National Enquirer'. La fiscalía también podría citar a Hope Hicks, quien trabajó tanto para la campaña como para la Casa Blanca de Trump, junto con otras asesoras del expresidente y miembros de su organización.
Por su parte, la defensa planea convocar como testigo a un antiguo responsable del Comité Federal Electoral, aunque el juez ha prohibido que dé su opinión sobre la legalidad de las acciones del expresidente. Además, la defensa podría optar por llamar a Trump a testificar en su propia defensa.
Posibles penas
Una vez que el jurado alcance su veredicto, y si lo encuentran culpable, será el juez Merchán el que imponga la sentencia de condena.
Cada uno de los 34 cargos que enfrenta Trump puede conllevar una condena de entre 14 meses y cuatro años de cárcel, además de una multa de 5.000 dólares por cargo.
El juez Merchán podría decidir en caso de que sea declarado culpable de más de un cargo que cumpla las penas de forma consecutiva o simultánea.
El magistrado también podría optar, en caso de un veredicto de culpabilidad, por dejar en libertad condicional a Trump, considerando que no tiene antecedentes penales pero, también, la inédita situación electoral.
¿Qué pasa si Trump va a la cárcel?
Incluso si Trump entrara en prisión podría seguir realizando su campaña desde prisión y si llegara a ganar las elecciones también podría ejercer la presidencia desde la cárcel, al menos según la Constitución, aunque posiblemente se abriría una batalla legal que tendría que resolverse en los tribunales.