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Guía para ser una buena esposa, ¿qué puede haber más importante?

Esta guía, de hace unos sesenta años, explica a las mujeres cómo mantener felices a sus maridos.

Advertencia: este artículo contiene altas dosis de sarcasmo.

La 'Guía de la buena esposa' sigue circulando por las redes sociales. Al parecer, es una guía que fue creada en el año 1953, pero, por desgracia, seguro que habrá quien sigue obedeciendo a estas once reglas. Porque, ¿a qué puede aspirar una mujer aparte de a ser una buena esposa? ¡A nada! ¿Cómo vas a dedicar tu tiempo libre a hacer cualquier otra cosa que no sea mantener tu hogar decente, y a tu marido contento? ¡No, por favor! No te formes. No estudies. No seas independiente. No tengas aficiones propias. No te cultives. ¿Qué quieres, acabar siendo una mujer libre?

Con estas '11 reglas para mantener a tu marido feliz', aprenderás qué es lo que tienes que hacer para que tu marido no tenga ni una sola queja respecto a ti. No querrás que te devuelva a donde te compró, ¿no? ¡Pues vamos a ello!

1 Ten lista la cena

Ten lista la cena
"Ten lista la cena"

Es de vital importancia que cuando tu marido llegue a casa, molido, de haber estado todo el día trabajando, tú tengas la cena preparada. Estará muy cansado de haber hecho... ¡Bueno, seguro que algo ha hecho! Y lo mejor que puedes hacer es recibirle con el plato sobre la mesa. Recuerda, si tú estás cansada después de haber estado todo el día bregando con los niños y la casa, lo que debes hacer es callarte. Qué más da que no hayas dormido en toda la noche, que no hayas tenido ni un segundo para ti, que estés cansada hasta el extremo, y que no tengas ni un segundo para disfrutar de tu autonomía personal. ¡Él ha estado trabajando de verdad, estará muy cansado!

No creo que este sea el caso (puesto que eres una buena esposa, recuerda), pero si además de trabajar en casa trabajas fuera, debes demostrar en todo momento que ese "trabajillo" que tienes fuera no interfiere en tus verdaderas obligaciones: mantener a tu marido feliz, y tu casa limpia. ¡Lo primero es lo primero!

2 ¡Luce hermosa!

Luce hermosa
"Luce hermosa"

Aunque tengas ojeras hasta el suelo, lleves todo el día corriendo con un moño para arriba y para abajo, estés sudada de todo el esfuerzo físico... Recuerda que debes maquillarte y arreglarte para que tu esposo te vea perfecta. No querrá saber cómo te ha ido el día, solo querrá comprobar que eres bonita, como si de un jarrón se tratara. Bonita, y con la cena preparada. ¿Qué más puede pedir?

3 Sé dulce e interesante

Sé dulce e interesante
"Sé dulce e interesante"

Tu marido llegará cansado, aburrido de haber estado trabajando en (inserte trabajo de hombre aquí), con lo cual querrá que le distraigas con cosas interesantes. Pero no le cuentes cosas del hogar, ¡no! ¡Y mucho menos de los hijos! Eso no le interesa en absoluto, pese a que también sea su casa, y sus hijos. Él quiere que seas muy dulce, y muy interesante; que le distraigas de su duro día de trabajo. Y si tú tienes un mal día, o simplemente quieres descansar y leer un libro... ¡No seas egoísta! ¡Él es lo primero!

4 Arregla tu casa

Arregla tu casa
"Arregla tu casa"

Este punto es fundamental. Tu casa es tu obligación principal y, para demostrar que te has esmerado por ser una buena esposa, esta "debe lucir impecable". Si él ve aunque sea una sola mota de polvo... ¡Ay, si ve una mota de polvo! ¡Ya no querrá saber nada más de ti!

Tu descanso puede esperar. Recuerda que no eres más que una sirvienta buena esposa, que debe limpiar todo para que él no tenga que mover ni un solo dedo.

5 Hazlo sentir en el paraíso

Hazlo sentir en el paraíso
"Hazlo sentir en el paraíso"

Tu marido, al llegar a casa, debe sentir que todo es perfecto. Que no hace frío, no hace calor, no hay nada que pueda llegar a molestarle. Ese debe ser su paraíso particular. Da igual que su paraíso acabe siendo un infierno de obligaciones para ti; "después de todo, cuidar de su comodidad te brindará una enorme satisfacción personal". Tu satisfacción personal no cuenta. Solo eres una mujer.

6 Prepara a los niños

Prepara a los niños
"Prepara a los niños"

"Son sus pequeños tesoros, y él los querrá ver relucientes", sin duda alguna. Pero llegará tan cansado que no querrá tener ser él el que los acicale, así que encárgate de hacerlo todo tú. Que él los contemple como pequeños premios, como objetos bonitos, pero que no tenga que esforzarse por cuidarlos.

7 Minimiza el ruido

Minimiza el ruido
"Minimiza el ruido"

Con los niños ya arreglados, recuerda que tu marido debe pensar que todo es perfecto. Así que, para ello, apaga la lavadora, la secadora, y todo aquello que haga ruido, incluido a los niños, por supuesto. Son sus pequeños tesoros y eso, pero los niños molestan, hacen ruido, quieren jugar y vivir (¡cómo si tuvieran derecho a jugar cuando eso incomoda a su padre!), y nadie quiere tener que escuchar las risas de los niños felices. Procura que estén callados.

8 Procura verte feliz

Procura verte feliz
"Procura verte feliz"

¿Has tenido una basura de día? ¿Llevas desde las seis de la mañana sin parar, cuidando de los niños y del hogar? ¿Te han dado una mala noticia? ¡No pasa nada! Deja todo eso a un lado y sé feliz, muy feliz. Sonríe para que tu marido pueda sentirse entusiasmado con la familia tan perfecta que tiene, aunque tú solo quieras llorar, pensar en la vida tan vacía y absurda que llevas, y escaparte corriendo, lejos de ese señor.

9 Escúchalo

Escúchalo
"Escúchalo"

¿Que tus padres están enfermos, tú no has podido parar ni siquiera a leer un libro, y tus hijos están suspendiendo todos los exámenes porque no encuentran motivación? ¿Que te han robado el bolso en la calle y te has cortado en la cocina? ¡No importa! Sus problemas siempre serán más importantes que los tuyos, así que deja que hable. Que su compañero de trabajo le haya dicho que su corbata es genial es mucho más importante que todo lo que tengas que contar tú.

10 Ponte en sus zapatos

Ponte en sus zapatos
"Ponte en sus zapatos"

Ni una queja si él ha llegado a las dos de la mañana y tú le esperabas a las nueve para cenar. Ni una palabra contra su costumbre de llegar manchado de carmín, o apestando a alcohol. No son fiestas que él se tome por gusto, sino compromisos laborales. Debes comprenderlo. No es que él quiera estar de juerga por ahí, no, es que no le queda más remedio. Pobrecito.

Pero no le pidas que se ponga en tus zapatos, porque eso no sería justo. No le pidas que comprenda que estás enfadada porque te habías esforzado por preparar una cena, por arreglar a los niños, por ponerte guapa, por dejar a un lado todos tus problemas, solo para él. Y que él no ha llegado. Y la casa se te ha caído encima, y la vida te ha parecido cada vez más absurda. 

11 ¡No te quejes!

No te quejes
"No te quejes"

Jamás, por nada del mundo, te quejes. Lo suyo siempre es más importante. Sus problemas son mucho más graves. Que tú estés cansada, reventada, agotada, exhausta, desanimada, que sientas que no has hecho nada con tu vida aparte de centrarte en ese egoísta que ni siquiera se preocupa por tus problemas... Todo eso no es nada. Porque a él su jefe le ha obligado a quedarse diez minutos más en el trabajo. ¿Qué puede ser peor que eso? ¡Nada, mujer!

BONUS hazlo sentir a sus anchas

Hazlo sentir a sus anchas
"Hazlo sentir a sus anchas"

Tenlo todo preparado para él: una bebida, un diario, un libro... ¡Todo! Actúa como la buena sirvienta esposa que debes ser. Y recuerda, habla siempre con voz suave y placentera. Nada de levantar el tono, o de mostrar tu cansancio (físico y mental) o tu exasperación. Disimula esas ganas que tienes de hacerle tragar el café con taza y cafetera incluida, de fugarte sola a vivir a una isla paradisíaca, de ser independiente y trabajar de lo que siempre habías querido.

¡Porque qué puede haber mejor que ser una buena esposa! Nada... ¿Verdad?

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