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¿Guerra en Oriente Próximo? Lo que implica la invasión de Israel en Líbano

Israel consuma la invasión terrestre en su país vecino, ejecutando un "plan metódico", según sus Fuerzas Armadas.

¿Guerra en Oriente Próximo? Lo que implica la invasión de Israel en Líbano

Israel ha consumado la invasión del sur de Líbano. Una nueva fase en la crisis con las milicias de Hezbolá, la milicia a la que pretende descabezar y de quien ya ha matado a su líder, Hasán Nasralá.

El ejército del estado judío llevaba varias semanas amenazando con esta incursión y alrededor de las 02:00 hora local (01:00 en la España peninsular), ha anunciado el inicio de la invasión bajo el argumento de garantizar la seguridad de Israel.

Se ha empleado fuego aéreo y de artillería y se han bombardeado los suburbios del sur de Beirut. Las Fuerzas Armadas de Líbano se han retirado progresivamente a cinco kilómetros de la divisoria y los cazas han atacado tras comunicar a los civiles que abandonasen gran parte de la ciudad de forma urgente.

En un comunicado, el ejército israelí explica que este movimiento responde a un "plan metódico" en el que los soldados llevan varios meses "entrenándose y preparándose". Se plantea esta invasión como un modo de destruir toda la capacidad operativa de las milicias de Hezbolá, sin embargo, también queda la duda sobre la posible creación de una franja de seguridad que podría separar ambos países y que estaría bajo el control de Israel, reimpulsando de este modo la 'franja de seguridad'.

La sombra de Irán

Las amenazas de una guerra regional no han cesado durante la última incursión. Israel vuelve a tomar la iniciativa similar a la invasión que perpetró en Gaza tras los ataques del 7 de octubre de Hamás en su propio territorio.

El objetivo de todas las incursiones siempre está fijado en los brazos de Irán en la región, las milicias que ha alineado con sus intereses. Se trata de Hamás y Hezbolá, pero también los hutíes de Yemen o las Fuerzas de Movilización Popular, con un creciente poder en Irak.

Todos estos grupos forman parte del denominado Eje de la Resistencia, que lidera Irán, y que coordina las acciones regionales, principalmente contra Israel y las operaciones militares que desarrolla Estados Unidos en la región, pero también como herramientas de Teherán en su particular guerra fría regional con Arabia Saudí.

La situación de Irán, en todo caso, se ve debilitada por el desarrollo de los conflictos. El régimen ayatollah está mostrando seria debilidad, al perder capacidad de influencia regional y una incapacidad de responder a los ataques de Israel, pero también la incapacidad de lograr la inmunidad nuclear de la que gozan otros países como Corea del Norte, que podría derivar en un futuro equilibrio de poder que perjudique a Irán.

La guerra en Gaza ha fortalecido los lazos de los grupos aliados con Irán, y podría activar la actividad provocando una espiral de violencia en la región de consecuencias imprevisibles. Precisamente, los hutíes de Yemen ya han amenazado con una respuesta (que ha incluido la reivindicación de ataques contra Tel Aviv este fin de semana), y las milicias de Irak también han puesto el foco sobre objetivos de Estados Unidos.

Pero también hay que sumar otros factores. Entre ellos, el régimen de Bashar al Assad en Siria, completamente alineado con Irán, un país al que, en cierta medida, debe la supervivencia de este régimen. Y otros actores internacionales, como Rusia, que forma parte de una alianza internacional con Teherán y que cuenta con intereses en la región (como el establecimiento de bases en Siria que le abren capacidad militar y estratégica en el Mediterráneo).

Sobre el horizonte continúa Gaza. Los hutíes están justificando la necesidad de presionar a Israel en este conflicto para los ataques que está perpetrado contra buques mercantes y de guerra en el Mar Rojo, una de las principales rutas marítimas a nivel global. Una circunstancia que ha provocado una caída de casi el 70% de trayectos en tan solo un año.

Queda la duda sobre los próximos movimientos de Israel en la región, en un momento en el que está aprovechando la debilidad de sus enemigos regionales para intensificar las afrentas y buscar un nuevo estatus regional que le favorezca. Las consecuencias de esta crisis creciente podrían ser imprevisibles.

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