Los equilibrios internacionales viven su peor momento desde el final de la II Guerra Mundial y los conflictos que surgen en la actualidad desatan la alarma internacional. Una guerra en Gaza e invasión de Líbano que esconde una guerra regional de Israel con Irán; la invasión de Ucrania por parte de Rusia, las recientes maniobras militares en las que China ha simulado una invasión de Taiwán...
Se trata, sin duda, del momento más convulso en la política internacional desde 1945 y ha llevado a movimientos claros, como la reactivación de una OTAN que se daba por muerta y la adhesión de nuevos miembros en una expansión hacia el este.
España, como miembro de la OTAN, estaría siempre alineado con Estados Unidos en sus posturas. Aunque, a pesar de todo, existen discrepancias, por ejemplo, en el apoyo cerrado de Israel y el suministro de armas que defiende Washington y la llamada a detener inmediatamente el conflicto desde Madrid para atender la emergencia humanitaria.
¿Qué ocurriría si se declarase una guerra?
En el caso de que España entrase en un conflicto directo en las circunstancias actuales, ¿qué ocurriría? El Artículo 30 de la Constitución Española declara que "los españoles tienen el derecho y el deber de defender España". Su apartado cuarto añade que "mediante ley, podrán regularse los deberes de los ciudadanos en los casos de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública".
De este modo, se incluye un posible escenario de guerra y, por tanto, el Gobierno tendría derecho, solo en este escenario, a forzar el reclutamiento militar de sus ciudadanos para contar con el potencial suficiente para enfrentar un conflicto de estas características.
En todo caso, la Ley de Estrategia de Seguridad Nacional de 2021 aclara que no se contempla explícitamente que los españoles deban llamarse a filas por una guerra, pero sí que sean incluidos en planteamientos estratégicos de movilización de la sociedad civil.
"La cultura de Seguridad Nacional es un complemento importante para el desarrollo y la consolidación de la Política de Seguridad Nacional, ya que la concienciación social contribuye a fortalecer la resiliencia de la sociedad y del Estado. Para ello, es necesario implementar las acciones incluidas en el Plan Integral de Cultura de Seguridad Nacional, a través de la colaboración de las administraciones públicas, el sector privado y la sociedad civil, en cuatro ámbitos de actuación: formación; comunicación pública y divulgación; relevancia exterior; y participación activa de la ciudadanía y de las organizaciones de la sociedad civil", expone la citada ley.
A pesar de todo, la realidad es que la mayoría de españoles no se muestra dispuesto, al menos de manera voluntaria, a participar en conflictos armados. Un estudio realizado por la Asociación Internacional Gallup indica que el 53% no lucharía por su país en caso de un conflicto armado.