El veto de Google a la empresa de telefonía china Huawei es, simplemente, la punta del iceberg. Detrás hay toda una guerra fría entre las dos grandes potencias más importantes a nivel internacional, China y Estados Unidos, que puede revolucionar el sector tecnológico por completo y de manera imprevisible.
El caso de Huawei, sin embargo, acaba de demostrar algo que debería preocupar a muchos y que por otro lado ya era evidente: que Google ostenta prácticamente un monopolio en lo que a software se refiere.
Ahora, con un gobierno estadounidense más proclive al intervencionismo y el cierre de fronteras y con un historial de desconfianza desde Washington hacia Pekín 'in crescendo' desde 2012, la situación se complica.
Porque, para comprender este problema, debemos remitirnos precisamente a 2012. Ese año, un informe elaborado por un comité del Congreso de Estados Unidos señaló que Huawei y ZTE no se estaban desvinculando del Gobierno chino e indicaban la posibilidad de que hubieran podido instalar 'backdoors' y software de monitorización dentro de routers y otros equipos de red sin avisar al consumidor.
En virtud de ese informe, Donald Trump ha iniciado su particular ofensiva señalando a ambas empresas como una especie de 'caballo de Troya' clave en el espionaje chino, dando pie a investigaciones, bloqueos y sanciones. De ahí surge el veto, de que la Casa Blanca incluyese a la firma china en la 'Entiry List', la lista negra de sociedades con las que ningún estadounidense puede hacer trasacciones.
Pero hay más. Mientras que Huawei ya prepara la transición hacia un sistema operativo propio que ha bautizado con el nombre de HongMeng, la compañía también enfrenta el bloqueo en el acceso a componentes elaborador por Intel, Qualcomm y otros fabricantes de chips.
La moratoria de tres meses que ha aprobado Donald Trump debería suponer un alivio, pero el futuro de la tercera compañía de teléfonos móviles se encuentra en entredicho, justo cuando se encontraba en plena fase de expansión y a punto de abrir su tienda más grande a nivel mundial en plena Gran Vía de Madrid (España es uno de los países en los que tiene mayor cuota).
¿Y el resto de tecnológicas chinas?
Llegados a este punto, habrá que comprobar cuál es el futuro que le espera al resto de las grandes tecnológicas chinas, entre las que se encuentran Xiaomi, OnePlus, OPPO, Vivo o ZTE.
La última, ZTE, es la que tiene peor perspectiva, porque ya se encuentra en la misma lista que Huawei. La empresa también lleva varios años en el centro de las investigaciones elaboradas por la administración norteamericana y ha confesado que conspiró en la distribución de productos americanos en Irán. Todo ello le llevó a pagar una fuerte multa y a vivir un veto en el acceso a la fabricación de componentes, que finalmente fue levantada por Donald Trump. Un gesto que ahora podría volver al bloqueo sin cuartel.
Sin duda, la relevancia internacional de ZTE es mucho menor que la de Huawei, no así la de Xiaomi, conocida como el 'Apple chino' y llamada a convertirse en una de las empresas líderes en el mercado internacional.
Sin embargo, Xiaomi puede estar tranquila por el momento. Primero, porque no vende sus productos en Estados Unidos. Además, no se dedica a la instalación y mantenimiento de redes de comunicaciones, las verdaderas obsesiones de Donald Trump, por lo que permanece al margen de esta crisis, al menos por el momento.
OnePlus, otra de las marcas más innovadoras del sector aunque con poca cuota de mercado, sí que vende algunos productos, aunque por el momento nadie la ha señalado como posible víctima del veto. Más difícil es que lo puedan sufrir otras empresas como OPPO o Vivo, que no venden en Estados Unidos, que por el momento no cumplen con ninguno de los requisitos que está esgrimiendo Trump.
Pero, si todas pueden tener factores de sospecha, ¿por qué solo se incluye a Huawei y ZTE en el veto? El argumento, entre otros, es que han aportado la documentación requerida para demostrar qué vinculación mantienen con el gobierno chino, que no comercializan sus productos en Estados Unidos o que no son fabricantes de redes.
¿Un bloque para hacer frente a Estados Unidos?
Con una guerra comercial entre China y Estados Unidos, junto a un mercado tecnológico en ascenso para el gigante asiático... ¿qué futuro queda para las marcas chinas?
Sin duda, su presencia en algunas regiones como África, la propia Asia o parte de Europa crece por momentos, lo que podría llevarlas a independizarse de manera definitiva y organizar un frente tecnológico, quién sabe.
No hay que olvidar que Huawei ya está elaborando su sistema operativo HongMeng, basado en Linux y que forma parte de una estrategia meditada ante un bloqueo que ya preveía la tecnológica asiática.
Quién sabe si, en un mercado con un monopolio tan fuerte como el que ejerce Google, encontrar un nuevo actor solvente pueda suponer un soplo de aire fresco. Otros como Microsoft o Mozilla ya fracasaron. Y la competencia de iOS sigue ahí. Si se consiguiese, la guerra fría tecnológica alcanzaría cotas descomunales.