Antonio Manuel Guerrero, el guardia civil de 'La Manada', lleva cuatro meses cobrando 1.200 euros sin acudir a su puesto de trabajo. La Benemérita no encuentra ninguna vía para expulsarle del Cuerpo, aunque ha evitado que realice sus labores desde que salió en libertad.
Mientras que el juez establece una sentencia firme, Guerrero continuará con un estatuto (anómalo por su duración en el tiempo) como "activo pero sin destino". Además, en el momento de su entrada en la cárcel, este miembro de 'La Manada' se encontraba como guardia civil en prácticas, por lo que también se encuentra a la espera de concluir su formación.
Esa condición de prácticas no le impide cobrar su sueldo. El salario que percibe es menor al de un agente al uso, pero ya se encuentra en el cuerpo. Por tanto, deberá esperar a terminar ese título para encontrar un destino efectivo.
Este caso llama aún más la atención porque el militar Alfonso Jesús Cabezuelo, fue expulsado en las últimas semanas en función del artículo 10.2 de la Ley 8/2006 del 24 de abril, de Tropa y Marinería. Es decir, este Cuerpo sí que cuenta con una vía para expulsar a un soldado.
Todo depende de lo que suceda a partir de ahora. La decisión del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, que estudia los recursos que presentaron la víctima y los acusados, será clave para la sentencia definitiva.
Aún queda pendiente su petición de pasaporte
Mientras tanto, el juez también estudia si mantiene en libertad a Guerrero por pedir un pasaporte mientras se encontraba en libertad condicional. Por otro lado y demás de la condena por abusos sexuales, el guardia civil ha sido contenado por un delito leve de hurto tras robar el móvil de la víctima. Esto implica una pena de dos meses de multa a 15 euros por día, es decir, alrededor de 900 euros.
Su situaciíon de libertad condicional, amparada en la ausencia de riesgo de fuga, queda en entredicho por aquel intento con su pasaporte. No sería la primera ocasión en la que un miembro del grupo vuelve a prisión, ya que Ángel Boza volvió a prisión tras robar unas gafas e intentar atropellar a los encargados de seguridad.