La sentencia del procés está al caer. El fallo del Tribunal Supremo no tardará en ver la luz, sin embargo, la Guardia Civil lleva días preparándose para cualquier posible altercado que pudiera suceder. De hecho, la autoridad estaría buscando "células dormidas" entre los Comités de Defensa de la República, tras detectar irregularidades en las acciones de los grupos que han sido detenidos recientemente. Ellos también preparaban altercados en fechas potencialmente sensibles, como lo fue la manifestación del 1-O.
La operación policial desplegada durante la jornada no supuso un reto para los agentes que tuvieron que intervenir en ella debido a los precedentes que sentaron las bases de esta brecha social en Cataluña, cuyo movimiento independentista viene maquinando algo desde la represión sufrida tras el fallido referéndum. Las investigaciones apuntan a que los separatistas no quedaron conformes tras lo ocurrido en octubre de 2017 y la Unión de Guardias Civiles espera la debacle más guerrera tras la condena impuesta por el Supremo. "Esperamos que todo se desate a partir de la sentencia del procés", advierte Javier Favorecido, uno de sus secretarios, durante una entrevista que concedió al diario digital El Español. El agente sospecha que el presidente autonómico Quim Torra los tiene atados, usando su discurso independentista como incentivo para alimentar su rabia.
Sin embargo, apunta a que la esfera política catalana a favor de la moción separatista ha querido limar asperezas en la comunidad desde que comenzara el juicio a los implicados en el referéndum ilegal, llevado a cabo por su entonces máximo dirigente, Carles Puigdemont, ahora prófugo en Bruselas. El representante de la asociación sabe que la cosa irá "a mayores", pero "no va a pasar nada hasta que llegue la sentencia del juicio del procés, porque no interesa". En su opinión, ningún altercado ni contratiempo en Barcelona favorecerían a los implicados en la trama, donde el juez debe determinar si fueron autores de un delito de rebelión o sedición. "Nosotros siempre estamos en el punto de mira por llevar la bandera de España, ser la representación del Estado y los que llevamos el operativo", revelaba.
Los CDR detenidos pretendían atentar contra la autoridad
En su detención, la Guardia Civil localizó planos de sus dependencias entre las pertenencias de los CDR. Aunque esperaban que tuvieran algo en mente, nunca pensaron en la posibilidad de que "tuvieran material para fabricar explosivos". De hecho, la Unión de Guardias Civiles considera que el propio Torra les ha instigado a asumir el papel represor ante las fuerzas de seguridad y defensa del Estado "si el juicio tiene una sentencia que no les convenga".
Se sienten desprotegidos políticamente, sienten que a pesar de velar por el sentimiento de unidad de la patria, no cuentan con el apoyo del Gobierno y lamentan su situación: "No nos apoya nadie. Estamos olvidados de la mano de Dios". Alegan que apenas cuentan con recursos en las dependencias territoriales de la comunidad autónoma en cuestión y aseguran que los guardias civiles del resto del país no quieren ser destinados a Cataluña por el desamparo al que se enfrentarían. Por otro lado, hace hincapié en el sufrimiento que atravesarían sus familias, una tensión y preocupación constante que, en caso de los que ya están allí, les lleva a ser "víctimas involuntarias" de ese "aislamiento" estatal. "En especial en las zonas de más apoyo independentista".
Es por ello, que la Unión GC ha pedido a la Fiscalía catalana que "investigue los hechos ocurridos el pasado 20 de septiembre frente al cuartel de Travessera de Garcia (Barcelona)", donde se detuvieron 9 miembros de los CDR, que durante el operativo profirieron todo tipo de "insultos, amenezas e intimidaciones contra los agentes y sus familias". El documento especifica la posibilidad de que puedan ser consideradas como un delito constitutivo de odio, tras lo establecido en el artículo 510 del Código Penal. Si bien la situación de sosiego actual impera dentro de los límites geográficos de la autonomía catalana, los guardias civiles no bajarán la guardia, valga la redundancia, ante lo que pueda pasar próximamente.